¡Auxilio! Encontré un economista en mi sopa

La anécdota ocurrió a mediados de la década pasada y solía contarla el economista Ricardo Delgado. Un día lo invitaron a opinar en un programa de cable y concurrió con su pareja, que lo esperó detrás de cámara a que terminara la nota. Mientras transcurría la entrevista, una persona se acercó al cameraman para preguntarle quién era el que estaba hablando. A desgano y aburrido, el operador le contestó: "Nadie. Un boludo, un economista".La crisis de 2001 barrió, entre otras cosas, con la reputación de los economistas, que pasaron de ocupar más de la mitad de las jefaturas de los ministerios durante el gobierno de Fernando de la Rúa a esconder su título en el placard. Tal vez porque cayeron desde un piso más alto, el desprestigio sufrido fue más intenso que el que afectó a los políticos, que superaron más rápido el "que se vayan todos".El discurso del oficialismo, que colocó a los economistas del lado de los malos en el relato, tampoco ayudó demasiado.La vuelta de una agenda económica intensa los devolvió al centro de la escena, y hoy es difícil encontrar programas de actualidad que no tengan economistas opinando. El propio Delgado, que dirige la consultora Analytica y está entre los más optimistas de su profesión ?fue de los primeros en señalar los "brotes verdes" en la coyuntura actual?, estima que desde la intervención de YPF "las consultas de empresarios se duplicaron y el requerimiento de los medios se multiplicó por cuatro o cinco", aunque cedió algo en el último mes.Algo similar le pasa a Miguel Kiguel, ex secretario de Financiamiento y titular de la consultora Econviews: "Al igual que sucede con los psicólogos, la demanda nos aumenta en épocas más difíciles". Un colega suyo arriesga otra explicación para el mayor protagonismo de su disciplina en los medios: "El Gobierno tiene tantos frentes abiertos que ya no puede preocuparse por multar a alguien que hable de inflación por encima del 20%". Y agrega: "La nueva generación de economistas de entre 30 y 45 años es menos soberbia y causa menos rechazo que la que dominaba la escena en los 90, que se creía dueña de la verdad".Más allá de las hipótesis, lo cierto es que este regreso a las luces escénicas excede el mundo de los consultores. A pesar de la retórica oficial en contra, la matrícula de las carreras de Economía, en universidades públicas y privadas, está en ascenso. En la Argentina se suman 700 nuevos licenciados por año, con una participación cada vez mayor de graduadas, de acuerdo al trabajo de...

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