Autos, cítricos, software y aluminio: las empresas miran hacia adentro para salir al mundo

Desde los cítricos hasta el software, las exportaciones de la Argentina (fuera de los granos y las oleaginosas) son variadas y ganan fuerza. Con el impulso oficial y la apertura de nuevos mercados, algunos empresarios están más dispuestos que nunca a llenar el mundo de etiquetas locales. Para hablar de su presente y su futuro exportador, Martín Migoya, CEO de Globant; Enrique Alemañy, presidente de Ford Argentina; Javier Madanes Quintanilla, presidente de Aluar-Fate; y Romain Corneille, CEO de San Miguel, participaron de la segunda edición de Negocios con el Mundo, encuentro organizado por LA NACION en el Malba.

En un panel moderado por José Del Rio, secretario general de Redacción del diario, Corneille contó cómo su compañía pasó de una exportación sin tanta organización a un comercio inteligente. “Pasamos de un modelo push a uno pull: antes mandábamos la fruta a destino y después veíamos qué hacíamos; hoy, todo lo que hacemos está orientado a supermercados, a contratos de 25 años con nuestros clientes que pueden ser negocios en el sector de alimentos procesados”, detalló.

Luego, se refirió a la competitividad en su sector, una variable que repasaron todos los empresarios. Corneille fue breve: “No lo vemos como un problema”. Sin embargo, aclaró que en Tucumán este año se producirán alrededor de 28 toneladas por hectárea, mientras que en Sudáfrica asciende a 65 toneladas. “El problema no es la infraestructura ni el tipo de cambio: tenemos que ver cómo lo logramos en nuestros propios campos y ahí podemos discutir todo lo demás. Tenemos una mano de obra costosa, pero sumamente competitiva, y creo que la ecuación es más compleja”, dijo.

Por otro lado, hizo hincapié en la importancia de que se abriera el mercado estadounidense a los limones tucumanos. Expresó que, si bien “el monto en valores no es significativo”, es un paso muy importante para la actividad en la provincia, porque va a obligar a que los productores mejoren su trabajo para responder a las exigencias de ese país.

En la industria automotriz el costo laboral preocupa: según Alemañy, producir en la Argentina es un 25% más caro que en Brasil. Atribuyó ese encarecimiento a la estructura impositiva, no sólo respecto de la presión sino también del “perfil” que, explicó, “está muy enfocado en el trabajo y en la producción”, mientras que en países como México y Brasil se orienta más hacia la comercialización.

En ese sentido, recordó que, con un 50% de exceso de capacidad instalada en la...

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