Aun en cuarentena crece el narcotráfico en Santa Fe

El drama del narcotráfico en Santa Fe es de una gravedad enorme. Expande su poder a través de la combinación letal entre dinero y violencia, creciendo de forma permanente. Atraviesa todas las crisis, incluso hasta la parálisis provocada por la pandemia por coronavirus.Una organización criminal como la banda Los Monos, en alianza con sectores de la fuerza de seguridad santafesina, desafía por primera vez al propio Estado con una violencia extrema, capaz de generar conmoción social, dejando en evidencia tanto una profunda precariedad del sistema como la ineficiencia de muchos funcionarios a la hora de enfrentar ese tipo de criminalidad.Quien aparece al tope de la lista de esos hombres públicos, exhibiendo una abrumadora ineficacia de gestión, es quien paradójicamente lidera los equipos que deberían intentar poner freno al enorme desafío que impone la criminalidad asociada con el narcotráfico y con la peor parte de la política. Se trata del ministro de Seguridad provincial, Marcelo Sain, quien no se comporta ni con la seriedad ni el conocimiento práctico que demanda la atención de esta grave crisis. A ello hay que sumar los desencuentros políticos con el gobernador Omar Perotti, a quien Sain acusa en privado de faltar al acuerdo por el cual su gestión iba a tener más libertades a la hora de atacar la connivencia entre narcotráfico y política en el distrito. Perotti ya no aparece tan crítico de algunos dirigentes a los que Sain prefiere conservar en la mira.¿Por qué no termina ese vínculo entre un gobernador y un ministro en permanente conflicto? Hay quienes, conocedores del paño provincial, sostienen que no le resultaría nada fácil a Perotti deshacerse de Sain. Este último goza actualmente de licencia sin goce de haberes como director del Organismo de Investigaciones del Ministerio Público de la Acusación. Si Sain volviera a ese puesto, debería investigar precisamente a algunos de los que hoy comparten su gestión. Y todo indica que cuenta con información comprometedora que incomodaría a más de un funcionario del gobierno provincial.El polémico ministro es oriundo de la provincia de Buenos Aires, fue interventor en la Policía de Seguridad Aeroportuaria y diputado provincial, y tiene una extensa carrera académica. Pero no logra salir de un laberinto teórico y provocador de permanente polémica.Unos días después de asumir, prometió que no iba a hablar más con los medios, acusándolos de dar solo malas noticias. Poco después, en un canal televisivo...

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