El auge político de la prepotencia

Hugo Moyano está dispuesto a poner en marcha el Ministerio de la Venganza. Él mismo anticipó ese proyecto, hace varios meses, y se propuso como titular de la nueva cartera. Y está dispuesto a empezar por el periodismo. Moyano está siendo investigado por la Justicia por asociación ilícita, lavado de dinero y evasión impositiva. Es una de las figuras más impopulares de la política, pero tal vez eso sea lo que menos le importa. Tiene el control del sindicato de camioneros, que puede desabastecer al país en 48 horas.Moyano no necesita que lo aplaudan; le basta con que le teman. Hasta sus socios sindicales son muy pocos, porque fue el único titular de la CGT que usó ese cargo para fortalecer su propio gremio. El periodismo y los jueces son su eterna obsesión. Anquilosado en un tiempo que ha sido, cree que todos sus problemas se resolverían con una llamada del presidente (electo, en este caso) a jueces y medios periodísticos.La nueva propuesta de Moyano es, como siempre, sembrar temor. Le (no dijo a quiénes) que le hicieron "mucho daño" en los últimos años. El "daño" es haber contado, misión esencial del periodismo, los avatares de sus causas judiciales. En tales expedientes hay arrepentidos y escuchas telefónicas; ambos deben ser todavía convalidados por la Justicia. El periodismo no necesita ser investigado. Basta con el escrutinio diario al que se somete frente a lectores, oyentes y televidentes. Pero Moyano, que tiene en los genes los modos de la más dura derecha peronista (donde nació a la vida pública), creyó siempre que el periodismo es un instrumento de intereses poderosos. Una mera marioneta. No es casual que se haya reconciliado tan fácilmente con Cristina Kirchner, que al fin y al cabo, y aunque con otra biografía política, piensa lo mismo que el líder camionero.Alberto Fernández no debería dejar pasar esta oportunidad para expresarse sobre esos proyectos que afectan al periodismo. El presidente electo prometió que sería respetuoso del periodismo, sin distinciones, y algo hizo en ese sentido cuando aceptó reportajes en medios repudiados antes por el kirchnerismo. Fernández no puede dejar pasar agresiones tan groseras al periodismo, sobre todo de parte de quienes se dicen sus seguidores.Es obvio el esfuerzo del presidente electo para despejar el temor de vastos sectores sociales, que se abroquelaron para votar a Macri a pesar de la crisis económica, por el recelo que sentían ante el regreso del kirchnerismo. Esa estrategia explica que...

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