Más que atada, esta vaca cayó del cielo

Si hay algún lugar donde se expresa en toda su ferocidad el individualismo argentino es en el éxito solitario de una película local cada muerte de obispo. Ahora le toca encarnar esa ilusión que nos hace creer un tiempito que nuestra pantalla grande por fin se decidió a levantar cabeza a Un cuento chino , la segunda película de Sebastián Borensztein, protagonizada por Ricardo Darín, y que tuvo un espectacular arranque el fin de semana largo pasado y que, hasta anteayer, ya habían visto 290.000 personas.Como lo que caracteriza la buena suerte de la cinematografía local es el fenómeno esporádico y no una rutina de un éxito que se enlaza con otro en la cartelera con presencia continuada y sin interrupciones durante todo el año, prevalece la tentación de salir a buscar explicaciones fáciles de por qué Un cuento chino se ha convertido en una nueva excepción a la regla.¿Habrá sido el fin de semana largo?Podría ser, aunque mucha gente lo aprovechó para irse de viaje y Buenos Aires desbordó de actos (por el Día de la Memoria) y shows multitudinarios y gratuitos (Plácido Domingo y las innumerables actividades propuestas por la movida La Noche en Vela), que les quitaron potenciales espectadores a los cines, aunque en éstos, en efecto, se comprobó un aumento en la asistencia (prácticamente el doble que el fin de semana anterior).¿Será la intuición de Borensztein, que en televisión se lució con su hermano al remozar más que acertadamente las últimas temporadas de su recordado padre, Tato Bores, y como artífice de creativos ciclos como El garante y Tiempofinal ?Podría ser, aunque su divertida ópera prima, La suerte está echada , logró en todo su recorrido 70.000 espectadores, la tercera parte de lo que Un cuento chino logró tan sólo en sus primeros cuatro días de exhibición.¿Será la presencia de Darín?Podría ser. ¿O alguien todavía duda de que ya hace rato se ha consagrado como ícono indiscutible del cine comercial argentino de calidad y que buena parte de la natural desconfianza que el espectador medio suele experimentar ante la producción local se disipa bastante en cuanto su nombre encabeza un nuevo título? Pero (siempre hay un pero) si bien el año pasado protagonizó el segundo título argentino entre los más vistos ( Carancho , de Pablo Trapero, que vendió 620.000 entradas), también ha encabezado otras películas (como Sammy y yo , y las extranjeras La educación de las hadas y El baile de la victoria ), que no funcionaron.¿Será, por fin, la...

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