Asesinos. El Ángel de la Muerte insiste con salir de la cárcel y dice tener su lugar en un asilo de adultos mayores
Robledo Puch en una de sus pocas salidas de la cárcel para someterse a estudios médicos
En los últimos cuatro años echó a dos letrados que se acercaron con la promesa de que lograrían sacarlo de la cárcel. Sin embargo, ninguno de esos abogados le explicó al Ángel de la Muerte que debe poner algo de sí mismo para que los estudios psiquiátricos y psicológicos concluyan que está en condiciones de afrontar una vida en sociedad. Una situación que, hasta ahora, no se concretó. Por este motivo, Robledo Puch, el mayor asesino serial de la historia argentina seguirá detenido, si no modifica su actitud y seguirá alojado en el pabellón para adultos mayores del penal de Olmos.
Su nuevo abogado anunció que pedirá su libertad para que pueda continuar su vida en un asilo en San Nicolás debido con el fundamento principal de que la pena está agotada. Lo que no explicó el letrado fue la inclusión de la cláusula de la accesoria por tiempo indeterminado en la sentencia dictada en 1980 por la Sala I de la Cámara Penal de San Isidro impide que el Ángel de la Muerte acceda a la libertad condicional sin los dictámenes favorables del equipo interdisciplinario del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
Después de pasar 47 años detenido en el penal de Sierra Chica, actualmente, Robledo Puch está alojado en el pabellón de adultos mayores del Complejo Penitenciario de Olmos, en La Plata. Allí, tiene un calabozo de uso exclusivo y solamente comparte los lugares comunes, como la cocina y los baños.
Actualmente, está a veinte metros del hospital penitenciario central donde puede ser llevado ante cualquier emergencia que sufra por algunas de las patologías que padece: asma y EPOC. Durante los más de 51 años que lleva detenido, Robledo Puch pasó por tres cárceles: la Unidad N° 9, de La Plata, de donde huyó en 1972; Sierra Chica, donde fue llevado después de la cinematográfica fuga y posterior captura, cerca de una conocida confitería de Vicente López y, actualmente, en Olmos.
Según fuentes oficiales, por el momento, la posibilidad de que Robledo Puch abandone la cárcel resulta inviable.
"Matar es una cosa fuerte y de eso, uno nunca se olvida", le dijo, hace 51 años, el joven de físico esmirriado, pelo enrulado y mirada intensa al juez de Instrucción Víctor Sassón en su despacho del primer piso de viejo edificio situado frente a la estación de San Isidro.
Dicha frase fue en respuesta a una pregunta formulada por Lizardo Moure, secretario del mencionado tribunal, que intentaba determinar si la riqueza de detalles en el relato sobre una serie de asesinatos ocurridos en dicha jurisdicción, tenían su origen en la lectura de los diarios en los que se informó sobre esos crímenes o porque el sospechoso que había sido llevado por el comisario Felipe Dadamo al despacho del juez Sassón había sido el autor de...
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