Asesinos. El admirador de Hitler y Robledo Puch que ahora pide a la CIDH el fin de la prisión perpetua en la Argentina
Guillermo Álvarez durante el juicio oral por el asesinato del empresario Loitegui, el 31 de agosto de 1998
A fuerza de sangre y balas, hace 26 años Guillermo Antonio Álvarez, alias el Concheto, impuso el miedo entre los comensales y empleados de los restaurantes que frecuentaban empresarios, funcionarios de la administración menemista y de la farándula de esa época. Como jefe de "la banda de los chicos bien", cometió cuatro asesinatos y concretó siete asaltos contra locales instalados en el polígono comprendido entre las avenidas del Libertador y Figueroa Alcorta, Cerrito y Udaondo.
Cuando los policías lo detuvieron en la casa de su familia, situada en Las Heras al 1000, en las barrancas de Acassuso, hallaron simbología nazi, recortes de diarios enmarcados con las crónicas de tres de los asesinatos que cometió y revistas con información sobre Carlos Eduardo Robledo Puch , uno de los grandes asesinos seriales de la historia criminal argentina, de quien había hecho un culto a su persona.
Al igual que su admirado Ángel de la Muerte, Álvarez no tenía necesidad de salir a robar. Ambos formaban parte de familias de buen pasar económico. Los dos eran de la zona norte: Robledo Puch, de Villa Adelina, y el Concheto, de Acassuso. En el secundario estudió en los institutos San Patricio, Martín y Omar, Nuestra Señora de Fátima y en la Escuela Media Nº6 de San Isidro. Del Nuestra Señora de Fátima lo echaron cuando pasó el límite de 24 amonestaciones. Las autoridades del colegio le impusieron la máxima sanción cuando le encontraron una manopla de hierro.
"Yo robo porque me gusta, no por necesidad. Los robos me atraen, me seducen. Es como tener la novia más linda" , decía Álvarez mientras viajaba en un remise después de haber cometido tres de los cuatro asesinatos que le adjudicaron.
Los blancos de sus robos no fueron elegidos por azar. Álvarez concretaba sus golpes en los lugares que frecuentaba . Sus padres, dueños de cines en la avenida de Mayo y de una galería comercial en Munro , acostumbraban a llevarlo junto a sus hermanos a los mejores restaurantes. Por eso el Concheto robaba en su "zona de confort".
Actualmente, el asesino serial está preso en el penal de Villa Devoto, donde forma parte del Centro Universitario Devoto (CUD) y estudia Sociología. Tras las rejas se prepara para la audiencia de este jueves ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la que solicitará que el Estado argentino termine con la aplicación de perpetuidad de las penas de algunos sentenciados y cuestionará la indeterminación de las condenas a prisión perpetua.
Guillermo Álvarez durante el juicio oral, el 4 de septiembre de 1998
Su ascendencia sobre el resto de los presos se expuso durante el violento motín ocurrido en abril de 2020 en el penal de Villa Devoto . Para contener la revuelta, los responsables del Ministerio de Justicia de la Nación tuvieron con negociar con Álvarez , que representó a su compañeros que reclamaban salir de la cárcel debido a los riesgos de contagio de Covid-19 en el ambiente confinado de la prisión.
La rubrica del Concheto apareció en el acta firmada entre los representantes de los pabellones I...
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