Artistas en guerra en el país K

Hacía mucho que un artista no era centro de sentimientos tan contrapuestos. En la semana que pasó Miguel del Sel fue el nombre que más se repitió dentro de las urnas de las bochornosas PASO de Santa Fe. Jugando para la camiseta de Pro desplazó a la gobernante alianza entre socialistas y radicales y dejó más atrás, como deslucido actor de reparto, al candidato del Frente para la Victoria. Del Sel vuelve a las fuentes de su primer éxito: en su provincia, precisamente, acunó el suceso, que después fue nacional, del trío humorístico Midachi, que integró con Dady Brieva y el Chino Volpato.

El perfil de cómico populista, con desbordes chabacanos, del que Del Sel no puede ni, probablemente, quiera prescindir del todo reaparece muy seguido cuando abre la boca en sus recorridas proselitistas, lo que causa cierto sarpullido elitista, en particular, entre los fans del gobierno nacional. A pesar de que Del Sel quiere disolver ese prejuicio con cierta ingenuidad cuando se parapeta en el frágil argumento de que está haciendo "cursos", en las redes sociales lo vienen machacando con ganas y humor bien ácido.

En estos tiempos de electoralismo pleno -cada fin de semana ya hay algo que votar y así será hasta la emoción máxima del último domingo de octubre cuando todo el país elija al sucesor de Cristina Kirchner-, las aguas que parecían venir plácidas entre los artistas, empiezan a hacer olas que chocan entre sí cada vez más seguido.

No es difícil imaginar el "asco" que le sobrevendrá a Fito Páez no bien conozca hoy el escrutinio de los votos sumados para Pro en Capital Federal por Gabriela Michetti y Horacio Rodríguez Larreta.

Del Sel no es el único artista que desafina en el coro que el kirchnerismo pretende que entone en exclusividad sus propias melodías: hoy también juega su chance en las PASO el prestigioso actor Héctor Bidonde, precandidato a jefe de gobierno porteño por el MST-Nueva Izquierda y el últimamente muy mediático Ivo Cutzarida, que aspira al mismo cargo, pero por el partido Es Posible, de los hermanos Rodríguez Saá.

Es extraño que sean peronistas de distintos pelajes los que tienden a burlarse o desconfiar más de los actores que abordan la política: se olvidan de que Eva Perón fue actriz y que antes de alcanzar la presidencia de la Nación, María Estela Martínez fue bailarina. Y que Palito Ortega asumió como gobernador de Tucumán en tiempos de Carlos Menem.

El kirchnerismo tampoco ha sido ajeno a los artistas a los que usa con intensidad...

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