Art Basel Miami cautivó en todos los frentes

MIAMI BEACH.- Hay que pasar las obras cubistas de Picasso, la curvatura perfecta de los bronces de Henry Moore, el retrato de Mao al óleo de Warhol, la representación descarnada del amante de Lucien Freud. Girar, entre el laberinto de obras donde se posa la araña en miniatura de Louise Bourgeois, seguir unos pasos más hasta los desnudos femeninos de Helmut Newton. Todo eso hay que hacer para encontrar en Art Basel Miami Beach a la artista serbia Marina Abramovic y su performance: explorar los límites inmateriales entre el cuerpo humano, el alma y el tiempo. ¿Cómo? Hay diez camas con mantas de colores y auriculares que anulan el ruido. Ella misma disuade a los visitantes a que se recuesten y se entreguen en una siesta meditativa en medio de la efervescencia ferial.

Abramovic, quien ganó fama al presentar en el MoMA La artista está presente e interactuar con el público en silencio durante su retrospectiva, propuso esta vez, además, otra pausa en la vorágine: frente al Convention Center, sede de Art Basel, en Art Design -otra de las 23 ferias satélite-, invitó al público a contar, uno por uno, los granos de arroz y lentejas mezcladas en montículos dispuestos frente a ellos. "Desaceleración, slow motion, conciencia del tiempo." En una ciudad como Miami, donde el vértigo, la oferta ubicua de arte y las fiestas parecen no tener fin, la insólita propuesta de Abramovic causó sensación.

Aunque sólo por un rato, ya que pocas ediciones de la feria desplegaron tantas adquisiciones como ésta que cierra hoy. Si bien las operaciones de grandes coleccionistas y museos quedan en reserva, el volumen de negocios se estimó en más de US$ 100 millones para Art Basel. Bastante menos para las ferias satélite como Untitled, NADA y Pinta, y en US$ 500 millones para la ciudad de Miami. Si el año pasado la gran figura fue Jeff Koons, la nota esta vez la dio Leonardo DiCaprio; coleccionista impenitente, el actor hizo suyo, por US$ 1 millón, un objeto de deseo ferial: una escultura de Frank Stella (1973). Mientras, el rapero Puff Daddy eligió un neón de la británica Tracey Emin por US$ 95.000.

Más allá de las compras mediáticas, a los galeristas argentinos les fue muy bien. "Ha sido la mejor feria. No sólo por su oferta, también por la calidad del público: es un momento único de concentración de coleccionistas y compradores", contó Orly Benzacar, quien llevó obras de Liliana Porter, Jorge Macchi y Eduardo Basualdo.

"Fue notoria la incorporación, muy activa, de los...

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