Arqueología: los restos de una mujer inca dan claves sobre el fin del imperio

El 18 de noviembre de 2016, mientras se encontraba a 2400 metros de altura, en el Pucará de , la arqueóloga Clarisa Otero y su equipo se encontraron con un hallazgo sorpresivo: a 30 cm de profundidad, afloró el esqueleto de una mujer casi completo. Un mensaje del pasado."Nosotros investigamos la producción de artesanías, cómo trabajaban los nativos bajo el dominio del Inca, pero dimos con estos restos y decidimos excavarlos", recuerda la arqueóloga, nacida en Tandil y graduada en la UBA, que llegó a hace 13 años y estudia la dominación prehispánica en el centro de la Quebrada de Humahuaca."El Pucará fue la capital de esta 'provincia' incaica -explica-. Aunque [la búsqueda de restos humanos de esa época] no es nuestra prioridad, sobre todo por la sensibilidad de las comunidades originarias, este descubrimiento da mucha información acerca de la caída del imperio que se extendía desde el sur de hasta ".De acuerdo con la tradición andina, la mujer se encontraba en posición fetal, envuelta con mantas y sujeta con sogas. "Lo primero que vimos fue el cráneo -cuenta Otero-; después localizamos el esqueleto y varios elementos asociados".A partir de ese momento, se desarrolló un vasto trabajo multidisciplinario en el que intervinieron más de 20 científicos y que permitió armar un apasionante rompecabezas a partir de diversas claves.Según los estudios, el esqueleto pertenece a una joven de alrededor de 30 años, una edad avanzada para la época, que había nacido en otra parte y llegado a la Quebrada en la adolescencia. Por el estado de los restos y los objetos que los acompañaban, se deduce que puede haber ocupado una posición destacada en la sociedad de la época.Los españoles estaban próximos, pero no podían usufructuar esa región (el Pucará resistió seis décadas el embate de los conquistadores), por lo que los científicos creen que la joven podría haberse refugiado allí durante un período de máxima tensión política."No se puede determinar la causa de muerte -afirma Otero-, pero la condición de los restos es impecable. Sin rastros de osteoporosis, tiene la dentadura completa y solo cuatro caries. Debe de haberse tratado de una persona muy bien alimentada, en buen estado de salud y que no había sufrido epidemias".El esqueleto estaba completo y no se había movido, por lo que se piensa que debe haber sido tapado por la tierra arrastrada por el viento a lo largo de los siglos. Solo faltaba la tibia, el más fuerte de los dos huesos que se encuentran por...

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