Argentinos, entre el desafío y la catástrofe

Lo que nos pasó a los argentinos en los últimos días, con su secuela de muertes, desapariciones y destrozos materiales con eje en la ciudad de La Plata y sus alrededores, ¿fue un desafío o una catástrofe ? La distancia entre estos dos conceptos es sideral. En su monumental Estudio de la h istoria, Arnold Toynbee sostuvo que el argumento central de la historia es, desde épocas inmemoriales y hasta nuestros días, el encuentro entre dos grandes variables: los desafíos que la naturaleza u otras civilizaciones proponen a los seres humanos y las respuestas , creativas o fallidas, que éstos van encontrando. Si el desafío es excesivo, las civilizaciones perecen. Si es demasiado "blando", las civilizaciones se hunden en la mediocridad. Es solamente cuando el desafío discurre entre lo enorme y lo minúsculo que la historia, con sus infinitas variaciones, resulta viable.La palabra "desafío" significa que a un pueblo o a una persona las circunstancias les quitan la "fianza", los "des-afían", obligándolos a reafirmar su confianza en sí mismos en situaciones adversas. Esto les ha ocurrido una y otra vez a los pueblos guerreros, ya que la guerra ha sido considerada a partir de Aristóteles, y hasta hoy, la máxima prueba a la que puede someterse una nación. Esto les ha pasado, con sobreabundancia, a las naciones europeas, pero no les ha pasado, al contrario, a las naciones latinoamericanas, y en particular a la Argentina. A lo largo de nuestra historia, hemos tenido pocas guerras: por supuesto, la ya lejana guerra de la independencia y las guerras civiles que la siguieron, la también lejana guerra con Brasil en los años veinte del siglo XIX y la terrible guerra del Paraguay en los años sesenta del mismo siglo. La otra excepción fue la breve e intensa guerra de las Malvinas, hace no más de veinte años. Si comparamos nuestra historia con la de naciones europeas como Francia y Alemania, la nuestra no ha sido, por cierto, una nación guerrera.Las guerras son patéticas y crueles, pero a favor de "haberlas tenido" -no, por supuesto, de "tenerlas", puede decirse, en cambio, que, cuando han sido graves y frecuentes, también contribuyeron a formar el carácter de sus pueblos, su sentido de la solidaridad entre los individuos sometidos a los mismos avatares. Este nexo, ¿acaso nos ha faltado a los argentinos? Lo que mostró la catástrofe de La Plata esta semana es, en algún sentido, paradójico: que, sin haber sentido con frecuencia el llamado a la solidaridad que convocó a...

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