Argentina, sin términos medios: arrasa o da ventajas que sufre

COLONIA.– No tiene términos medios la Argentina, que puede ser un equipo que se enciende y es demoledor, o nublarse y no encontrar los caminos para quebrantar rivales. Lo sufrió anoche Perú, como en el debut Ecuador; le quitó fuego y lo minimizó Paraguay, que terminó festejando. Si se proyecta a futuro, dos victorias y dos goleadas esperanzan, mientras que aquella derrota con los guaraníes genera los interrogantes que impiden entender cuál es el verdadero rostro de los juveniles. La abismal diferencia de jerarquía entre argentinos y peruanos se evidenció en el resultado más que en el desarrollo, que fue extraño, desconcertante, como el andar de la albiceleste en el campeonato Sudamericano Sub 20. La victoria 6-2 le devuelve la confianza, da señales de recuperación, tras el tropiezo, y la deja a un paso de la clasificación a la etapa final del torneo, que entrega cuatro plazas para la Copa del Mundo, de Nueva Zelanda, y una y media para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, de 2016.

"Con esa jugada desafortunada que abrió el partido tuvimos la suerte que nos faltó con Paraguay", analizó el técnico Humberto Grondona, que se marchó conforme por la victoria, pero descontento por el quedo, la falta de intensidad del equipo en el segundo tiempo. Un error grosero del arquero Daniel Prieto fue la llave del partido, esa que la Argentina jamás descubrió con Paraguay, la fecha anterior. El guardavalla intentó controlar con el pie un pase con el pecho de su compañero Perleche, pero no hizo más que dejar correr la pelota hacia el arco. Fue el quiebre, porque desde entonces la Argentina se hizo gigante, mientras que los peruanos se desdibujaron y no opusieron resistencia para modificar el rumbo.

En 18 minutos, entre los 23 y 41 del primer tiempo, Argentina edificó la goleada. Un tiro libre, en forma de centro, de Tomás Martínez –el eje de cada ataque, el jugador diferente del equipo– terminó en el 2-0, después que Bernaola convirtiera en su propia valla, con la cabeza, en el intento por despejar; los desaciertos peruanos se acumulaban y la selección los capitalizaba con goles, como en el 3-0, que llegó después de una pifia de Abram y una buena definición de Ángel Correa, tras otras...