En la Argentina, siete de cada diez chicos de entre 2 y 4 años sufren violencia física o psicológica

Tienen menos de 4 años y muchos todavía no van a la escuela. Algunos recién acaban de llegar a la edad en la que comprenden las consecuencias de sus actos, señalada por los especialistas como los 3 años. Sin embargo, cuando hacen algo que los padres consideran fuera de lugar, siete de cada diez chicos pequeños argentinos reciben castigos violentos. Así lo revela el estudio global de Unicef Una situación habitual: violencia en las vidas de los niños y los adolescentes, que detalla que en la Argentina, los métodos de disciplina violenta, que incluyen castigos físicos (golpes, zamarreos, palmadas y empujones) y maltrato psicológico (gritos, insultos y descalificaciones), afectan al 73% de los chicos de entre 2 y 4 años.

Los datos surgen de la encuesta de condiciones de vida de niñas, niños y adolescentes, hecha por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, publicada en 2016, que entrevistó a integrantes de 23.791 hogares urbanos de todo el país. La información fue incorporada por Unicef al estudio global, que abarcó 190 países.

La Argentina se encuentra levemente por debajo del promedio global que indica que tres de cada cuatro chicos sufren violencia: aquí, el 73% de los niños crece bajo métodos de disciplina violenta. Además, un 54,4% de los padres admite que usa el castigo físico con sus hijos y un 62,5% reconoce que se vale de la agresión verbal.

El país se encuentra dentro de la media, cercano a países como Sierra Leona (73,6%) y México (69.9%). En Haití, Jamaica y Trinidad y Tobago más del 80% de los adultos apelan a este tipo de acciones: son los países que reportan índices más altos de castigo físico en América.

Golpes, palmadas en el brazo o en la pierna, zamarreos, sacudidas o "chirlos" son algunas de las formas de violencia física más frecuentes para 54 de cada 100 chicos pequeños, y quienes la causan son, en su mayoría, sus cuidadores.

"Los niños más chiquitos son los que se llevan la peor parte", explica Lucila Argüello, oficial de Protección de Derechos de Unicef. Entre los más grandes, entre los 5 y los 14 años, el número de chicos que recibe disciplinas violentas baja al 44%. En cambio, hasta los 11 años, toman preponderancia las agresiones verbales: los gritos, los insultos y las descalificaciones son la manera en la que los padres gobiernan a sus hijos. "Los más chicos son más vulnerables porque tienen menos chances de defenderse y son los que más horas pasan con sus padres, y en muchos casos, al no estar todavía...

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