El sueño de la Argentina se convirtió en otra pesadilla

ABU DHABI, Emiratos Árabes Unidos (Especial).- La risa se convirtió en llanto, la ilusión, en desconsuelo. El sueño de acceder por primera vez a la final de un campeonato Mundial Sub 17 se derrumbó para la Argentina. México, campeón vigente, se impuso por 3 a 0 y le arrebató la esperanza; la histórica racha adversa no se detuvo en el quinto intento, después de las frustraciones de 1991, 1995, 2001 y 2003. El estigma de las semifinales se mantiene para la selección Sub 17, un equipo que enseñó argumentos futbolísticos para comprometer al rival, aunque también dejó imágenes que obligan a reflexionar y a tomar severas medidas para no repetir aquellos actos bochornosos que avergüenzan.El comienzo del partido con México, paradójicamente, marcó el final para la Argentina. El penal que el arquero Gudiño -figura en los cuartos de final con Brasil- le rechazó a Driussi, a los tres minutos, y el gol de Iván Ochoa, dos minutos más tarde, fueron jugadas determinantes, que condicionaron el desarrollo y modificaron el ánimo. Le costó a la selección sobreponerse al doble golpe, y cuando se insinuaba un principio de reacción llegaron otros dos nuevos mazazos : el segundo tanto de Ochoa, esta vez en posición adelantada, y la expulsión de Joaquín Ibáñez, después de un pisotón sobre Omar Govea. Apenas se habían disputado 31 minutos, pero la serie ya tenía gusto a cosa juzgada.La andanada de reveses disminuyó el poderío y el empuje de la Argentina. Para completar las vitrinas con el único trofeo mundialista que les resta a las selecciones nacionales, a esa altura se precisaba de una gesta. Tuvo rebeldía y desnudó las debilidades defensivas mexicanas el equipo que dirige Humberto Grondona, pero no le alcanzó. Siempre se presentó un último escollo que no logró sortear. En oportunidades, por fallas propias: la desesperación y el apresuramiento para definir; en otras ocasiones, un rebote fortuito o el rechazo sobre la línea de un defensor impidieron descontar en el resultado y ensayar el asalto final.El gol de Marco Granados, en el epílogo del partido, dio forma a un resultado ficticio por el desarrollo. La tarjeta roja al arquero Augusto Batalla, por falta sobre Tovar, acentuó el aspecto negativo y hasta hizo imaginar un final escandaloso. Los antecedentes y la actitud reprochable de Lucio Compagnucci -en el primer tiempo le aplicó...

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