Argentina ya tiene un papel clave en la producción narco

Casi no hay controles sobre los envíos a Bolivia y Perú de sustancias indispensables para elaborar cocaína. Se comercializan a través de empresas fantasma o se contrabandean por las fronteras.

Virginia Messi, CL 18.05.2009

Durante 2008, Argentina importó 11.000 kilos de efedrina. En lo que va de 2009, apenas dos, según datos de la Secretaría Antidrogas (SeDroNar). El triple crimen de General Rodríguez, ocurrido en agosto del año pasado, y su indisimulable relación con el tráfico de efedrina y metanfetaminas a México, no sólo derrumbó el comercio local de este químico. También obligó a las autoridades a reconocer la magnitud de lo que se desviaba hacia las manos de los narcos y, en consecuencia, a reforzar los controles.

Tras el triple crimen, la atención y las regulaciones se centraron en la efedrina y la pseudoefedrina. Lo curioso es que ahora, mientras las importaciones de efedrina bajaron drásticamente, van en camino a duplicarse las de pseudoefedrina, que tiene menos restricciones pero igual utilidad para la fabricación de drogas sintéticas.

Los asesinatos de Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón revelaron que Argentina no es sólo un país de "tránsito" en el mapa mundial del narcotráfico. La envergadura de la industria química local la convierte en proveedora de precursores indispensables para la elaboración de drogas.

A través de empresas fantasma, sobre todo radicadas en la frontera con Paraguay y Bolivia, o echando mano del tráfico hormiga, "los químicos argentinos pasan a los laboratorios clandestinos bolivianos y peruanos", evalúa Marcelo Saín, jefe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y experto en narcotráfico. "Ya de por sí, parte de nuestra industria química se maneja en negro para cualquier negocio. Así es muy fácil desviar precursores para el narcotráfico".

Para fabricar un kilo de clorhidrato de cocaína hacen falta entre 250 y 400 kilos de hojas de coca, según se use el método boliviano (pisar la hoja entera) o el colombiano (se cortan las hojas con una podadora de césped para que se embeban mejor, por lo que se necesita menos materia prima).

Pero la hoja de nada sirve si no se cuenta con los químicos para hacer la pasta base y luego refinarla hasta llegar a la cocaína. Así, sustancias como el permanganato de potasio o el ácido sulfúrico son para los narcos dedicados a la coca tan importantes como la efedrina para los productores mexicanos de metanfetaminas.

Lo sucedido con la efedrina mostró lo importante que es...

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