La Argentina y la guerra monetaria

La recuperación económica en los Estados Unidos, así como en Europa y Japón, dista mucho de mostrar la vitalidad que parecía insinuarse un año atrás. El desempleo continúa siendo elevado a pesar de todos los esfuerzos realizados por los gobiernos, con enorme sacrificio fiscal. Parecería que ha sido superado el riesgo de una recaída, pero continúan siendo imprecisos el tiempo y la forma que demandará una recuperación más franca. Los llamados países emergentes en general han superado mejor la crisis, en tanto China y la India siguen liderando las estadísticas de crecimiento.La intensa utilización de instrumentos fiscales para evitar la profundización de la crisis ha dejado una huella que condiciona las opciones de política económica en los países desarrollados. No es ahora posible insistir en aportes gubernamentales a entidades financieras ni tampoco encarar programas de inversión pública o aumentar el empleo estatal. Antes bien, urge reducir los enormes desequilibrios fiscales para evitar caer en el default de las ya abultadas deudas públicas. En eso están empeñados prácticamente todos los gobiernos europeos y, particularmente, debido a los conflictos políticos provocados, los de Grecia, España, Portugal, Irlanda, Gran Bretaña y Francia. El desafío es doble: deben remontarse no sólo las condiciones negativas de la crisis sino además compensar el impacto recesivo del ajuste fiscal. Ese desafío lleva necesariamente al empleo con fines expansivos de las políticas monetaria y cambiaria, y eso es lo que se está observando actualmente en el mundo.La Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) está llevando adelante una política de expansión monetaria claramente relajada. Ha recurrido a la reducción de la tasa de interés, a la vez que ha incrementado los niveles de emisión mediante la compra de bonos del Tesoro y de títulos hipotecarios. Por su lado, el propio Tesoro de ese país hace lo suyo. Días atrás vendió bonos protegidos contra la inflación (TIPS) a cinco años por 10.000 millones de dólares, con una rentabilidad negativa por primera vez, en una subasta. El objetivo prioritario es la creación de empleo y el impulso a la reactivación. Mientras los precios muestren una acentuada estabilidad, el temor de una mayor inflación no parece ser una cuestión para el presidente de la Fed, Ben Bernanke. Por lo contrario, el propósito implícito, aunque no declarado, es aumentar la tasa de inflación para reducir el costo de la financiación en términos reales. Probablemente...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR