La Argentina, cada vez más cerca del modelo bolivariano

La situación económica y social de Venezuela presenta mejor que cualquier análisis teórico cuál es el destino de un modelo de corte populista, intervencionista y estatista. Un país de petróleo abundante, que exporta por más de 100.000 millones de dólares por año, es actualmente incapaz de satisfacer las necesidades mínimas de su población y expone una pobreza creciente en medio de un enorme desorden social e inseguridad personal.La ineficiencia resultante de la politización y corrupción en las empresas estatizadas se ejemplifica en la utilización de la petrolera Pdvsa como generadora de fondos para la "regaladera" del fallecido comandante Hugo Chávez y su práctico vaciamiento para otros destinos menos virtuosos. Otro ejemplo dramático es la caída a pique de la productividad de la siderúrgica Sidor, luego de su reestatización de manos del grupo Techint. Los desplantes y las amenazas desde el gobierno, al igual que la instrumentación de una reforma judicial que derivó en centenares de destituciones de jueces, sólo han logrado ahuyentar las inversiones e impulsar la emigración de profesionales y emprendedores. El conocido latiguillo "exprópiese" que Chávez popularizó durante sus caminatas televisadas ha quedado grabado en la memoria de todo aquel que piense desarrollar alguna actividad en ese país.La esencia del modelo chavista es su inclaudicable populismo, referido como socialismo del siglo XXI. Apenas algunas diferencias de grado lo separan del modelo kirchnerista. Ambos se apoyan en versiones intelectuales similares y en el fervor de militantes que tienen al castrismo como faro. De la mano del pensador Ernesto Laclau, el kirchnerismo ha ideologizado y exaltado el populismo. En repudio del "Estado ausente", este modelo transitó por la confiscación sin pago de los fondos de jubilaciones y pensiones y de YPF, la principal empresa del país. Se superó así al chavismo, que al menos pagó lo que expropió.El modelo kirchnerista se empeñó en destruir y desvirtuar instituciones. La seguridad jurídica fue erosionada y el derecho de propiedad, desconocido. La respuesta de miles de ahorristas ha sido la fuga de capitales. Sólo Venezuela y la Argentina enfrentan masivamente este fenómeno, mientras otras economías de la región deben preocuparse por la fuerte entrada de capitales que revalorizan excesivamente sus propias monedas. El control de cambios, conocido aquí vulgarmente como cepo cambiario, es la única respuesta del modelo. Los congelamientos tarifarios y los...

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