La relación con la Argentina, afectada más allá de quien gane

en las elecciones brasileñas acentuará el deterioro en las relaciones bilaterales, por la determinación de esa candidata de buscar otras alianzas, en un contexto de menor crecimiento económico del gigante del Mercosur.Así lo expresaron expertos en comercio exterior consultados por LA NACION, que coincidieron en señalar que Silva priorizará una mayor integración con la Unión Europea y la Alianza del Pacífico, frente a los continuos . Sin embargo, en el gobierno confían en que, gane quien gane, no habrá grandes variaciones en la política exterior brasileña, para bien o para mal. "Silva conoce bien a la Argentina y confiamos en que no habría grandes cambios", indicó una fuente oficial a LA NACION.En cambio, Dante Sica, titular de la consultora Abeceb.com, dijo: "Marina Silva plantea que los costos para Brasil de mantener el statu quo son más altos que los de avanzar en la integración con países desarrollados y en desarrollo, tanto desde el punto de vista comercial, como productivo, tecnológico y educativo. Aún si para esto es necesario plantear una integración a distintas velocidades con respecto a los demás miembros del Mercosur".Estas elecciones provocarán varios perjuicios: "En términos de dilución de preferencias comerciales con Brasil, con el impacto consecuente sobre sectores como el automotriz y la industria en general, en términos de asimetrías en la recepción de inversiones, un reordenamiento de la localización de la producción en la región y un debilitamiento de los vínculos políticos estratégicos entre ambos países", detalló.Si el Mercosur quedara como una simple zona de libre comercio, "los productos locales deberían competir de igual a igual con los bienes provenientes de extrazona, dado que paulatinamente irían perdiendo el acceso preferencial al mercado de los vecinos", concluyó el especialista.Marcelo Elizondo, jefe de la consultora DNI, sostuvo que este proceso se daría tanto con la reelección de Dilma Rousseff como con la elección de Silva, aunque con diferentes velocidades. "Brasil ya es la sexta economía mundial, actúa a escala mundial, invierte en Europa o África, y no puede quedar sometido a una unión aduanera que está fatigada. Estaríamos ante un cambio hacia una flexibilización, que no se daría de forma violenta, pero que ocurriría de modo inexorable", expresó.En este sentido, el triunfo de la candidata opositora llevaría al vecino país a "avanzar con acuerdos internacionales empezando por la conclusión del que está negociándose con la...

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