Para la Argentina, se abre una oportunidad

Enigmática e impredecible es la Copa Davis, y en aquél aura de misterio reside gran parte de su centenario encanto. El duelo de cuartos de final entre la Argentina y Serbia que comienza hoy tiene condimentos para convertirse en una serie atractiva y de desarrollo abierto, aunque la última palabra quedará sobre la cancha de polvo de ladrillo especialmente montada en el estadio techado de Tecnópolis. El predio de Villa Martelli vuelve a albergar la esperanza copera, cuatro meses después del agónico 3-2 sobre Brasil, pero en un espacio diferente; el hecho de jugar en un estadio cerrado impone otras condiciones, y la temperatura -más allá del fervor que sume el público- distará del clima agobiante que rodeó aquel clásico.

La Argentina eligió este terreno para recibir a un adversario que, en principio, iba a contar con Novak Djokovic, el número 1 del mundo. Era preciso, entonces, contar con un recinto acorde -en cuanto a capacidad y aspectos de logística- a la trascendencia de la visita, y también prestar atención a la sugerencia de la Federación Internacional de jugar las series de época invernal en cancha techada. Tecnópolis ofreció su estadio, la Asociación Argentina de Tenis buscó una alternativa para conseguir una cancha lenta, con materiales importados de España, que se pudiera armar en poco tiempo, y así se llegó a un escenario que, en contexto, se acerca más al ambiente de una serie indoor de otoño/invierno europeo que al habitual aire libre sudamericano. "A los serbios se los ve bien adaptados, pero dentro de las superficies posibles, ésta es la que más nos conviene a nosotros", insistió Orsanic

Es que los cálculos de hace cuatro meses invitaban a pensar en una llave aún más compleja. Ya había quedado al margen Juan Martín del Potro -pasó por Tecnópolis para alentar al equipo, aún con la férula tras operarse la muñeca izquierda-, pero la balanza empezó a equilibrarse con la baja de Djokovic, que eligió el descanso tras conquistar su tercer Wimbledon. En las últimas semanas también desistió Juan Mónaco, por una tendinitis crónica en la muñeca derecha. Daniel Orsanic apeló entonces a la misma formación que superó a Brasil; la diferencia, en este caso, estará en el single 2, ahora en manos de Federico Delbonis. Para el dobles, se inclinó nuevamente por Carlos Berlocq y Diego Schwartzman, aunque es probable que Mayer ingrese en lugar del Peque; será una situación sujeta a lo que suceda en la primera jornada. En una llave compleja, y con un...

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