Arde la interna entre los precandidatos a gobernador de Massa

"Los melones se acomodan solos en el carro", cada vez que, por los coqueteos con el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, o la llegada del , se insinuaron quejas entre los dirigentes originarios del Frente Renovador (FR) que aspiran a llegar a la gobernación bonaerense. El ex intendente de Tigre siempre confió en que la tracción de su nombre al tope de la boleta presidencial iba a ser argumento suficiente para mantener a su tropa alineada.

Cuando faltan dos días para el acto en San Martín en el que Massa anunciará quiénes serán sus precandidatos a gobernador, los melones parecen más inquietos que nunca y la interna se muestra fuera de control.

Luego de que LA NACION anticipó el domingo que los diputados De Narváez y Darío Giustozzi ya tenían asegurado un lugar en las PASO y que Massa analizaba si era necesario anotar un tercer precandidato a gobernador, no se hizo esperar la bronca de los interesados en ocupar ese espacio: el diputado nacional y ex gobernador Felipe Solá y la legisladora bonaerense Mónica López.

López, que junto con su marido, el diputado y sindicalista petrolero Alberto Roberti, despotrica a diario contra De Narváez (ver aparte), advirtió ayer que, si la dejaban fuera de la grilla de candidatos, abandonará el massismo. Pero no sola. "Me voy con todo lo que traje", dijo a LA NACION. Reclamó, además, que Massa la convoque antes del acto del sábado, para saber cuál será su rol. "No voy a estar en el acto para enterarme de que me bajan y aplaudir", señaló.

"No me gusta que me acorralen a través de los medios. Esto es política, no un matrimonio: se puede terminar", completó, desafiante.

Ayer, en Tigre respiraban con alivio al recordar las muestras de apoyo -algunas en tono épico- que Massa recibió anteanoche, en el restaurante Fettuccine Mario, de Pilar, donde reunió a una veintena intendentes. La frase más aplaudida fue la del anfitrión, Humberto Zúccaro. "Massa o muerte", habría jurado. "Sin plan B", sumó Luis Acuña, de Hurlingham. "A matar o morir", completó Luis Andreotti, de San Fernando.

No fue la única reunión de trincheras. Ayer, desde las 11, y por cinco horas, otro grupo del FR se reunió en las oficinas que el senador provincial Baldomero "Cacho" Álvarez tiene en San Telmo. Allí se dieron cita Giustozzi, el matrimonio López-Roberti, el ex intendente de Quilmes Sergio Villordo y el legislador Mario Giacobbe. El séptimo hombre fue Alberto Fernández, ex jefe de Gabinete y operador díscolo de Massa.

El motivo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR