Arancedo: 'Las grietas dejan heridas difíciles de cerrar; hay que elevar el nivel de diálogo político'

Recién llegado de Colombia, donde acompañó el llamado del papa Francisco a la reconciliación y al acuerdo de paz, el presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, advirtió que en la Argentina también es necesario que las fuerzas políticas se animen a dar un paso en favor del encuentro después de las elecciones. "No tenemos que quedarnos en la chicana política preelectoral", dijo Arancedo a LA NACION, en plena recta a los comicios legislativos de octubre.

El arzobispo de Santa Fe, que en octubre cumplirá 77 años y en noviembre dejará la presidencia del Episcopado (ver aparte), insistió en que es imperioso pensar en el largo plazo y afirmó que el país necesita "dirigentes y estadistas que piensen la Argentina de acá a 20 años". Pidió elevar el nivel de diálogo político y proyectar en el horizonte un clima de entendimiento, lo que podría facilitar un escenario más apropiado para una eventual visita del papa Francisco a la Argentina.

-¿El llamado del Papa a la reconciliación se interpreta como un mensaje a toda la región?

-Es el mensaje de la Iglesia desde el Evangelio. Hay una coyuntura, pero es una palabra que vale para todos. Todo camino hacia la paz, si bien necesita de verdad y justicia, tiene que tener como horizonte la reconciliación, que no es impunidad. Son pasos que hay que dar y no esperar que los dé primero el otro. Sin esa actitud positiva la paz es más difícil.

-¿El clima de enfrentamiento se da también en la Argentina?

-También y lo dijimos muchas veces los obispos. Cuando hablamos de reconciliación no hablamos de impunidad, sino de verdad, de justicia, de reparación. Para reconciliarnos no tenemos que ser amigos. Podemos tener diversidad de opiniones y actitudes, pero la reconciliación es sentirnos parte de la misma humanidad. Cuánto más en un mismo país. La Argentina necesita reconciliación, sentirnos parte de la misma familia.

-¿Las diferencias se acentúan en la campaña electoral?

-Eso pasa. No tenemos que quedarnos en la chicana política preelectoral. Hay que mirar con horizontes superadores. El país necesita dirigentes y estadistas que piensen la Argentina de acá a 20 o 30 años, con políticas de consenso.

-¿Hay dirigentes que estén pensando de acá a 20 años?

-Yo entiendo que sí. A veces la urgencia política de las elecciones puede llegar a fraccionar mucho, pero todo dirigente político tiene que tener como horizonte un país en el que todos nos encontremos.

-¿Cómo percibe el clima político en la campaña?

-No es...

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