De aquí a la eternidad y sus éxitosen el cine

Frank Sinatra puso en marcha desde el cine su segunda vida. Cuando en 1952 una hemorragia interna en las cuerdas vocales lo dejó sin representante, sin escenarios y sin futuro de cantante a la vista recurrió a su capacidad de persuasión para que Harry Cohn, el poderoso dueño de los estudios Columbia, aceptara darle un papel que sentía escrito para él. Cohn accedió y el Sinatra que había retrocedido como cantante avanzó como nunca en el cine gracias al soldado Vincent Maggio en la adaptación al cine de la novela De aquí a la eternidad.

La buena estrella iluminó a Sinatra desde entonces. Conquistó al público y a la crítica con ese papel que le dio el Oscar al mejor actor secundario. Y, sobre todo, le demostró para siempre al mundo que aquel cantante esmirriado, hasta allí solo convocado para aprovechar en el cine su éxito musical, tenía talento de sobra como actor dramático.

Es cierto que la primera etapa de Sinatra en el cine, la musical, no había sido del todo desdeñable. Sus apariciones en atractivos títulos del género como Leven anclas y Un día en Nueva York (ambas junto a Gene Kelly en los años 40) lo demostraron. Pero la gran historia de La Voz en la pantalla grande comenzó en los años 50 y se afirmó durante ese período con incursiones en múltiples géneros...

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