Una apuesta a mantener la grieta para evitar fugas

Horacio Rodríguez Larreta y Cristina Kirchner

Los otros son peores y eso nos hace mejores. En ese enunciado puede resumirse el contenido de los cierres de campaña de las dos coaliciones hasta ahora mayoritarias . Como si nada hubiera cambiado . Como si, otra vez, se estuviera en la antesala de una elección general y no de unas primarias.

La antinomia cristaliza, consolida . De eso se trata y eso explica el tono y el fondo de los principales actos, que se hicieron en la provincia de Buenos Aires, aunque con pretensiones de nacionalización. Discursos para los propios, destinados a evitar fugas de votos. Ellos y nosotros . La política agonal sigue vigente para los dirigentes, aunque la sociedad muestre hartazgo, enojo, frustración y desesperanza . Aunque el pueblo versus la república sea para muchos apenas algo más que un eslogan. O, en el mejor de los casos, significantes vacíos que cada uno llena con sus creencias.

Sin embargo, demasiadas cosas ya cambiaron desde el momento en que la antinomia del siglo XXI dividió la política nacional. Es más, se habían modificado antes de la pandemia que cambió el mundo. Un elemento distintivo de lo que cambió es que los dos polos ya gobernaron y ambos ya se alternaron en la gestión (o perdieron elecciones), como suele señalar el consultor Pablo Knopoff . Motivo suficiente para arrojarse piedras desde cada lado de la vereda y evitar que alguien ocupe el centro de la calle.

La incertidumbre atraviesa a las principales coaliciones y provoca temores paralizantes. Por eso, prefieren pescar en la pecera, sin certezas de qué es lo queda de una pecera rota y reparada demasiadas veces .

Como los instrumentos de medición quedaron obsoletos, mejor no arriesgar . Es lo que hicieron los principales oradores del Frente de Todos, que se unificaron bajo la consigna "Dos modelos de país", más precisa y diferenciadora que la ambigua "La vida que queremos".

También optaron por jugar sobre seguro dirigentes y precandidatos de Juntos, en sus diferentes vertientes, aunque tengan competencia interna. Apenas Facundo Manes , en su rol de challenger , arriesgó un poco más, obligado a buscar incorporaciones, pero sin romper el frágil continente que lo alberga, al que más de una vez golpeó, menos por cálculo que por emoción. Motivo de angustia de sus asesores, que temen que los deslices pasionales resten en vez de sumar a la hora de las urnas. Se lo dijeron al finalizar su última aparición televisiva.

En los principales actos, los...

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