Orishas.Una aproximación a la Corte Malandra del Culto de María Lionza.Venezuela

AutorJosé Antonio Matos Contreras
CargoSociólogo - Docente

Un aspecto ique llama la atenciónii tanto de creyentes como de incrédulos coniii respecto a la Corte Malandra, es el status de “espíritus benevolentes” que se les atribuye a estas personas que tuvieron un pasado vinculado a acciones delictivas o transgresoras de la ley. Esto parece ser el leit motiv de algunos reportajes y documentales convirtiéndose en uno de los elementos atractivos de esta expresión de religiosidad a lo externo del culto (me refiero especialmente a los medios de comunicación y a las investigaciones académicas). Por ese motivo, nos parece necesario discernir sobre el origen de la devocionalidad de esos “personajes venerados” sin desvincularlos de las formas manifiestas de religiosidad popular presentes en Venezuela.

La estudiosa de la religiosidad popular en Venezuela Angelina Pollak – Eltz, al referirse a la devocionalidad popular, señala que a pesar de las restricciones y del no reconocimiento de la Iglesia Católica, “el pueblo latinoamericano sigue creando sus propios santos o muertos milagrosos. Estas devociones suelen empezar espontáneamente en la tumba de personas consideradas humanitarias o valientes. Entre ellos hay ex guerrilleros y vagabundos, tipo Robin Hood, médicos y curanderos, importantes personajes históricos o políticos y personas muertas en accidentes. Algunos cultos son locales, otros muertos milagrosos tienen devotos en todo el país” (Pollak – Eltz, 1998, 252). En tal sentido, el pueblo ha mantenido una relación de ambivalencia con la Iglesia Católica. Esto se refleja en el culto a las ánimas, al no reconocerlas la Iglesia como dignas de culto o mantener una relación de ambigüedad con respecto a su veneración. Cuestión contraria a las creencias populares, “en donde las ánimas pueden asistir a los vivos y así ganar méritos para su propia salvación” (Pollak – Eltz, 1994, 45). El culto a las ánimas se encuentra extendido en todo el país. Se caracteriza por la veneración a “muertos milagrosos” que conceden favores a sus creyentes. Empieza por ser un culto privado hacia algún muerto conocido por un grupo reducido de personas, y luego se extiende a un culto público, atribuyéndoles las ofrendas acostumbradas (velas, flores) en sus tumbas. Así como otras relacionadas con la petición y con las cualidades atribuidas o gustos de las ánimas.

Un fenómeno reciente es la incorporación de ciertas ánimas al culto de María Lionza. “Los muertos milagrosos” son considerados ánimas o almas, pero es cierto que a veces se manifiestan también en médiums del culto de María Lionza, en forma de espíritus, para ser consultados directamente por el devoto (1994, 46). Ocurriendo simultáneamente el culto al muerto milagroso, la incorporación y veneración del espíritu dentro del culto marialioncero. Esta incorporación ocurre por una parte cuando el espíritu se manifiesta en las sesiones de trance, haciéndose también presente su iconografía en los altares de alguna corte marialioncera. Un claro ejemplo de ese fenómeno es Luis Cerrada Molina, alias “Machera”, quien fuera un joven merideño líder de una banda de criminales reconocidos por sus habilidades y por su generosidad con los “residentes” de su barrio al brindarle protección de delincuentes de otros sitios y colaborando con bienes materiales. Dícese que fue acribillado por la policía el 1º de octubre de 1977. Su tumba es visitada por devotos, quienes ven en él un héroe popular. “Su espíritu es invocado también por los espiritistas merideños en los centros del culto de María Lionza” (1994, 55). En los actuales momentos, “Machera” es reconocido como uno de los espíritus que conforma la Corte Malandra y es invocado en varios centros espiritistas no sólo en Mérida. Esto demuestra, como asevera Pollak-Eltz en los últimos tiempos, “la íntima ligación del espiritismo con la devoción a las ánimas” (1994, 53). Estas manifestaciones de religiosidad popular en Venezuela como el “culto a las ánimas milagrosas” y el “espiritismo marialioncero”, al tener a algunos personajes de bajos fondos tipo “Machera” como objeto de culto, se reivindica lo altruistas que fueron estas personas en vida al ayudar a la gente de su barrio, ganándose el respeto durante sus vidas y la veneración de la gente después de muertos.

Es importante señalar que la llamada Corte Malandra o Kalé es una expresión propia del culto de María Lionza, pese a la vinculación del espiritismo con la devoción de las ánimas, como afirma el antropólogo español Ferrandiz refiriéndose al espiritismo marialioncero: “el panteón del culto de María Lionza siempre ha ofrecido en su seno nichos para la aparición y consolidación de antihéroes y personajes “antisociales” de toda índole. El caso de los espíritus malandros, presentes de un modo insistente en las ceremonias, desde principios de la década de los noventa, es especialmente relevante por su magnitud” (2004, 11).

La Calle y Lo Sagrado

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