Aprender de los fracasos

Por vergüenza o incapacidad para dejar expuestas nuestras falencias y equivocaciones, la mayoría de las personas tendemos a disimular, cuando no a esconder o silenciar, nuestros fracasos. Cuesta imaginar que protagonistas de emprendimientos de distinto tenor que han resultado en contundentes fracasos puedan luego acceder a compartir sus frustradas experiencias ante nutridos auditorios.Sin embargo, esto es lo que está ocurriendo en varios países desde 2012, cuando en México algunos "fracasados" se animaron a oficiar de maestros de la derrota con la intención de contribuir a evitar que otros incurrieran en errores similares. Desde entonces, "fracasados" de diversos países han compartido sus vivencias con más de 3700 asistentes en sesiones de auténticas confesiones pedagógicas dirigidas a jóvenes candidatos a empresarios.Entre nosotros, el aprovechamiento de situaciones tan aleccionadoras también ha encontrado un espacio. Organizado por el Centro de Emprendedores de la Universidad de San Andrés y por Co-Work Space La Maquinita Co., tres expositores contaron recientemente en qué consistieron sus proyectos, qué fue lo que salió mal, qué aprendieron en el proceso y qué es lo que deberían modificar para comenzar de nuevo.Uno de ellos contó cómo perdió el control de su empresa y terminó malgastando los fondos que había obtenido. Otro reflexionó sobre el lógico deseo de triunfar que tantas veces pasa por alto el enorme valor del...