Aprender sin falseamientos

Sólo dentro de dos años, la Argentina volverá a tener la oportunidad de someterse a la prueba estandarizada para la evaluación de rendimientos escolares denominada con la sigla PISA (Program for International Student Assessment), un instrumento serio y confiable elaborado y conducido por un consorcio constituido en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).Este organismo realiza esas evaluaciones por encargo de las naciones cada tres años. En América latina vienen participando nuestro país, Brasil, Chile, México, Panamá, Perú, Trinidad y Tobago, y Uruguay. La evaluación enfoca tres áreas: matemática, lectura comprensiva y ciencias, y responden a ella escolares de 15 años, sin considerar un determinado nivel de enseñanza ni tomar en cuenta el año que se encuentren cursando a esa edad.En 2009, los últimos dados a conocer -restan los de 2012-, la actuación de la Argentina estuvo lejos de ser satisfactoria. Sobre 65 países participantes, el nuestro ocupó el lugar 58° . Con relación a 2006, el puntaje promedio descendió de 418 a 398 puntos sobre 1000 posibles. Y hace cuatro años, ese estudio fue absurdamente objetado por el gobierno nacional, al considerar que mide una realidad que no es la nuestra, por lo que estimó que el país no volvería a formar parte de él.Para entonces, el Gobierno comenzó a tejer una serie de estrategias de modo que esos resultados negativos para el país pudieran ser leídos de otra manera. Fue cuando propuso y consiguió, por ejemplo, que el informe incluyera una suerte de aclaración o enmienda. El consorcio PISA accedió así a presentar los resultados totales del país y, por separado, con el título de "secundaria regular", los de los alumnos de 15 años que están en el nivel educativo requerido por la prueba (diez años de escolaridad ya cumplida). Entre otras tantas justificaciones del porqué de ese mal desempeño, el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, sostuvo que los países que están mejor que la Argentina en esa prueba atienden a un porcentaje mucho menor de alumnos escolarizados, y puso como ejemplo la incorporación a la educación formal que hizo el país de miles de chicos de sectores pobres e, incluso, como consecuencia de la instrumentación de la Asignación Universal por Hijo. El funcionario criticó también que en China, por ejemplo, la evaluación se haya hecho en una ciudad -Shanghai-, mientras que en la Argentina participaron escuelas de ciudades de todo el país.Con todas...

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