Aportes para una política criminal social o preventiva

AutorOsvaldo N. Tieghi
Tieghi, Aportes para una política criminal social o preventiva
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Aportes para una política criminal
social o preventiva*
Por Osvaldo N. Tieghi
1. Generalidades
Como consecuencia de haber quedado firmemente establecida la existencia
científica o de observación y experimentación controladas de las leyes del aprendi-
zaje social y delictivo, afirmadas actualmente en la disciplinas o niveles de observa-
ción fenoménicos biopsicosociales o conductuales contemporáneos, los países más
avanzados, incluyendo, entre otros a los Estados Unidos de América, la propia Rusia
y Japón, han priorizado y planificado la lucha contra el crimen como programas de
integración de las múltiples áreas de gobierno dirigidas a la prevención social y pe-
nal o de profilaxis predelictual (p.ej., ministerios o secretarías de prevención criminal,
institutos del comportamiento humano, comisiones de seguridad pública, etcétera).
El carácter cultural o impulsivo-motivacional filo-ontogenético de la conducta
social o criminógena explica el lanzamiento de los referidos programas articulados
de profilaxis o prevención criminal (de tipo primario, secundario y terciario) en todos
los niveles (individual, grupal y social) que entrelazan los aspectos económicos,
educativos y conductuales, en general1.
La dinámica del aprendizaje que precede a la formación de los impulsos y de
las motivaciones de meta antisocial y de la conducta delictiva, hace obvia la necesi-
dad de explicar cómo la planificación y ejecución preventivas de los programas cultu-
rales éticos de modelamiento y moldeamiento comunitarios desde la niñez, al antici-
parse al delito, permiten el condicionamiento de la disposición ontogenética hacia la
conducta social. Se establece así un repertorio interactivo que la sociedad deberá
reforzar positivamente para afirmar los repertorios aprendidos y registrados por las
jóvenes generaciones.
Debe reiterarse que tales “procesos biosociales” –o neuro-fisio-ambientales–
siguen las leyes propias a la génesis de la referida “dinámica del aprendizaje”: se
trata de los “procesos neuro-psíquicos” de la incorporación cultural o socialización2.
Como la elevada cifra de la delincuencia oculta –particularmente en países
menos desarrollados o periféricos– demuestra que sólo una mínima parte de los de-
litos cometidos son efectivamente denunciados o comunicados a la autoridad judi-
cial, con lo cual recién tendrá lugar el proceso cuya tasa condenatoria no suele su-
perar al 3%, se concluye que menos del 1% de los crímenes ocurridos es objeto de
sanción.
* Extraído del artículo publicado en la revista electrónica “Archivos de Criminología, Criminalís-
tica y Seguridad Privada”, México, editada por la Sociedad Mexicana de Criminología Capítulo Nuevo
León A.C. (www.somecrimnl.es.tl). Bibliografía recomendada.
1 Tieghi, Osvaldo N., La conducta criminal, Bs. As., Ábaco, 1978, p. 233 y ss.; Tendencias del
delito y la justicia penal, Nueva York, Naciones Unidas, 1992, p. 42 y 57.
2 Tieghi, La conducta criminal, p. 153, siguientes.

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