Aplaudir, aplaudir, los goles de Cris que ya van a venir

Bueno, bueno, bueno. La cosa se está poniendo interesante, gracias, en primer lugar, al esfuerzo de nuestros gobernantes para que nos interesemos en sus cosas. Algunos los consideran patéticos; yo prefiero verlos como gente ingeniosa y ocurrente. Tropas federales avanzaron hacia Rosario para entrar en guerra con el narcotráfico, y al frente de las fuerzas el Presidente puso a Aníbal Fernández. Todavía se burlan de Alberto porque afirmó que "los rosarinos son argentinos"; pero ojo, esta vez fue riguroso: no lo dijo sin antes chequear el dato . Ya en el escenario de las hostilidades, el comandante Aníbal bajó una orden que habla de la determinación con que asumió la tarea: "¡Duro con ellos! Con los rosarinos". Cuando los narcos se enteraron de la designación del Tigre de Quilmes y de que llegaba a la ciudad, se produjo una auténtica desbandada: todos querían ir a recibirlo. Cuenta con un refuerzo de 400 hombres; parecen pocos para enfrentar al crimen organizado, pero el Tigre dispuso que estén escondidos, para que no puedan contarlos. Alberto optó por la solución a sangre y fuego después de rechazar la propuesta minimalista de Sabina Frederic, que quería una fuerza de paz encabezada por Messi. La decisión más audaz y sorpresiva del comandante fue, tras arengar a las tropas, poner distancia del teatro de operaciones. Volvió a Buenos Aires; se borró. En Diputados dijo incluso que no compartía el envío de efectivos que había ordenado el Presidente. Ahora se espera una desbandada de efectivos.

A Rosario irán también soldados del Ejército, pero con distinta misión: construir calles y plazas. Del Ejército libertador de San Martín, al Ejército urbanizador de Alberto.

Al profesor se lo vio con el mismo talante para encarar la otra guerra en la que le va la vida: contra Cristina. "El crimen organizado", azuza él, lengua viperina, en madrugadas con amigos en Olivos. De día, acaso arrastrando deudas de sueño, mantuvo una distendida charla con Roberto Navarro, director de El Destape , y le abrió su corazón: "Voy a enterrar 20 años de kirchnerismo". Navarro le contestó con el bolsillo: lo publicó, porque respetar un off the record no te puede impedir hacer un buen título. Además, le divierte hablar con Alberto y le saca buena pauta publicitaria (también a Rodríguez Larreta), pero frente a Cristina dobla sus rodillas. El escándalo que se armó no debe dejar en segundo plano los altos designios del profesor: ser presidente de un gobierno kirchnerista para...

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