Apertura de sesiones 2022: el discurso completo de Alberto Fernández

Apertura del 140 período de sesiones legislativas

El presidente Alberto Fernández abrió hoy el año legislativo con un discurso que duró una hora y 38 minutos.

El texto completo del discurso presidencial:

Querido pueblo argentino,

Nos han tocado tiempos difíciles signados por crisis sanitarias, económicas y bélicas.

El mundo está conmovido. La tragedia de una pandemia contra la que aún luchamos ha dejado al descubierto las inequidades en las que vivimos. Pudimos ver el modo en que la riqueza se concentra en pocos mientras la pobreza y la marginalidad se distribuye en millones de seres humanos que claman por dignidad y justicia.

Ahora, cuando empezamos a controlar la ferocidad del virus, vemos con pesar que tanto dolor y tanta muerte no han logrado conmover la ética de los poderosos que encerrados en la lógica de un capitalismo financiero que busca perfeccionar su renta, solo logra profundizar aquella desigualdad.

En ese contexto, la paz del mundo se altera por la invasión militar de la Federación de Rusia sobre Ucrania. Europa se conmueve mientras el fantasma de una guerra vuelve a levantarse. Otra vez la violencia bélica arrasa vidas humanas.

Si el mundo no comprende que es este el momento preciso en que debemos darle una oportunidad a la paz y que debemos construir nuevas reglas que saquen de la postergación a los millones de desposeídos que apenas sobreviven, otra vez la humanidad estará siendo condenada a padecer la indecencia de los poderosos.

Argentina es parte de ese mundo y no puede escapar al contexto en el que está inmersa. La guerra, en un mundo que se ha globalizado, indefectiblemente genera consecuencias sobre nuestro país

Aún así, aún cuando esa realidad parece producir un enorme desaliento, estoy convencido que estamos viviendo un momento verdaderamente histórico para la Argentina. Un tiempo bisagra a partir del cual podemos construir el país que nos merecemos.

Hemos atravesado uno de los momentos más graves de nuestra historia. La pandemia que asola a la humanidad se combinó aquí con una enorme crisis económica y social desatada en 2018 y que se hizo visible en toda su magnitud.

Tal vez tengamos ahora la oportunidad de ingresar en un sendero de desarrollo integral convirtiéndonos en verdaderos artífices de nuestro futuro. Seguramente lo atravesaremos encontrando coincidencias y diferencias. Si en esa diversidad logramos afianzar algunos pilares básicos, será un camino seguro con logros paulatinos y continuos. Nada se resuelve de un día para otro. Los argentinos y argentinas podremos constatar esos avances que se exteriorizaran en mejores condiciones de vida.

Nuestra sociedad ha demostrado a lo largo de su historia su enorme capacidad para sobreponerse a la adversidad. Padecimos golpes institucionales, persecuciones, torturas, muertes y desapariciones forzadas. Sobrevivimos al terrorismo de Estado enjuiciando a los genocidas. Cargamos el dolor de la guerra por Malvinas. Sufrimos desastres económicos que aparejaron endeudamiento, inflación, cierres de fuentes de trabajo y aumento de la pobreza. Una y otra vez fuimos capaces de volver a ponernos de pie y retomar nuestra marcha.

Ahora, el destino nos enfrenta a un futuro que debemos construir como sociedad. De nosotros depende cómo edificar ese mañana más próspero.

Yo sé que cuando describimos la cruda realidad que nos tocó enfrentar en la primera parte del gobierno, hay quienes quieren escuchar en esa descripción un decálogo de excusas. Pero la realidad es que el mundo ha vivido un período excepcional y eso ha golpeado con mayor ferocidad en la Argentina por la situación económica y social que vivíamos en ese momento. Un sistema productivo muy deteriorado, el empleo en crisis, un sistema de salud abandonado, una deuda insostenible con el Fondo Monetario Internacional, otra deuda virtualmente impaga con acreedores privados, una inflación desatada y una pobreza creciente.

Permítanme hacer una cita.

"La pandemia de COVID-19 ha afectado al mundo entero, poniendo en peligro todas las dimensiones de nuestro bienestar y generando una aguda sensación de temor en todo el planeta. Por primera vez, los indicadores de desarrollo humano disminuyeron, y lo hicieron de manera drástica, como no se había experimentado en otras crisis mundiales recientes. La pandemia ha infectado y matado a millones de personas en todo el mundo. Ha perturbado la economía mundial, interrumpido sueños educativos, retrasado la administración de vacunas y tratamientos médicos y trastocado vidas y medios de subsistencia".

Lo que acabo de decir, no es otra cosa que la exacta descripción que la Organización de las Naciones Unidas ha hecho sobre el fenómeno de la pandemia.

Hemos vivido una crisis que no tiene precedentes. Querer politizar tamaña tragedia cargándole culpas a quienes tuvimos el deber de gobernar en ese instante de la humanidad, es tentador para algunos, pero es definitivamente inaceptable.

Las consecuencias del Covid fueron multidimensionales. Abarcaron la salud física y mental, la vida, la economía, el trabajo, la educación y el bienestar en todas sus esferas.

Mientras la crisis económica de 2018 y 2019 había destruido decenas de miles de puestos de trabajo registrados, la pandemia y las restricciones dispuestas a la movilidad en 2020, afectaron principalmente a las trabajadoras y trabajadores no registrados, muchos de ellos parte de la economía popular. Por eso, en 2021 generamos nuevas medidas que afectaron lo menos posible la movilidad en los horarios más intensos de trabajo. Quisimos minimizar el daño que la pandemia causaba en el sector más vulnerable de nuestra economía.

En ese equilibrio difícil, complejo, hubo quienes criticaron la implementación de medidas de cuidado que implicaban restricciones. Oí en todos los medios de comunicación dominantes esas voces detractoras que a mi juicio fueron muy poco constructivas y sumaron desánimos y desconfianzas.

El pueblo argentino me adjudicó, a través del voto, la responsabilidad de tomar decisiones en situaciones críticas. He debido enfrentar dilemas que siempre he resuelto pensando en la salud y la vida de nuestra gente. Todo, absolutamente todo lo que hice combatiendo la pandemia, no tuvo otro objetivo que no haya sido el de salvar la mayor cantidad de vidas, en un contexto difícil e imprevisible. No soy infalible; lejos de ello, soy un ser humana. Me he equivocado en ocasiones, pero tengo la íntima tranquilidad que ninguna persona que habita nuestro país quedó sin la atención sanitaria que su salud reclamaba.

Con esa obsesión, sumada al esfuerzo de los hombres y mujeres que, denodadamente, trabajaron en nuestro sistema sanitario y al cuidado de millones de argentinos y argentinas, pudimos hacer posible que el sistema de salud no llegara a su saturación y que las personas pudieran recibir la atención que merecían.

Mientras el virus atacaba impiadoso a toda la humanidad, el mundo se vio afectado por una inflación global de los alimentos. Con los gravísimos problemas que arrastraba la economía argentina, que se vieron agravados en la pandemia, y con esa costumbre seriamente arraigada en muchos sectores de "remarcar precios por las dudas", no logramos reducir, en plena pandemia, la muy alta inflación que heredamos.

La inflación es el gran problema que tienen los argentinos y las argentinas en este momento y, sin ninguna duda, es también la principal preocupación y el principal desafío del Gobierno. Hay muchos factores que inciden en la inflación y todos tienen que ser atacados coordinadamente.

En este momento histórico tenemos que asumir que la realidad tiene dos caras. Toda la intensidad de la crisis, del malestar y de las pérdidas; y también todos los logros sanitarios y económicos, que van desde la vacunación hasta la recuperación del trabajo y la producción.

Massa, Fernández y Cristina Kirchner

Sería un grave error quedarse con los logros y no ver el sufrimiento. Porque la combinación de ambas crisis produjo desgracias personales y colectivas, que van desde cuestiones económicas hasta la pérdida de seres queridos. Pero también sería un error ver solo lo negativo y obviar los datos que indican una recuperación creciente y constante. Esos logros son muy reales.

Sé que hay personas interesadas en instalar la idea de que cualquier problema que tienen los argentinos es producto de la ineficiencia del Estado. Quieren hacernos creer que si alguien consigue trabajo o un aumento en su salario es solo fruto de su logro individual; que el Estado no sirve ni impulsa el desarrollo personal y social, y por lo tanto buscan debilitarlo. Con un Estado débil ganan siempre los más poderosos y pierden las mayorías populares.

Uno de los desafíos más grandes que tiene la sociedad argentina es enfrentar al fatalismo. Derrotar la falsa creencia que quieren instalar de que la Argentina no tiene salida.

Sé bien que solo las acciones del Estado no bastan. Es imprescindible la confianza colectiva en la Argentina. Reconstruir la confianza en nuestros compañeros y compañeras de trabajo, en nuestros vecinos y vecinas, en nuestra comunidad, en nuestra Argentina, es un paso decisivo para potenciar nuestro futuro.

Le pido a cada argentino y a cada argentina que confíe en su propio país y en las personas que los rodean: en nuestra sociedad. Que se hagan dueños de la construcción del futuro. Para un argentino nada debe ser más importante que otro argentino. Así Perón, hace muchos años, quiso poner fin a la discrepancia social que muchos sembraban.

Entendamos que no habrá soluciones individuales si no construimos soluciones colectivas.

La campaña de vacunación y la recuperación económica han sido dos pasos cruciales que dimos con ese espíritu.

La Argentina necesita poner en valor un hecho: ha llevado a cabo la mayor campaña de vacunación de su historia. Debemos estar orgullosos de lo que fuimos capaces de hacer.

La campaña comenzó el 29 de diciembre de 2020 en las 24 jurisdicciones inicialmente con la vacuna Sputnik producida por el Instituto...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR