Antonio Stiuso declaró por la muerte de Nisman y renovó su embestida contra el espionaje kirchnerista

Espionaje ilegal: Antonio Stiuso declaró ante el fiscal Taiano

Antonio Horacio Stiuso , alias Jaime, el poderoso exjefe operativo de los servicios de inteligencia , declaró como testigo por tercera vez en la causa en que se investiga la muerte del fiscal Alberto Nisman para renovar su embestida en la guerra de los espías contra el grupo que lideraba su adversario, Fernando Pocino , cercano al kirchnerismo.

Stiuso declaró ante el fiscal Eduardo Taiano y tuvo que firmar decenas de documentos donde se comprometía a resguardar el secreto de su declaración en los términos de la ley 25520 de inteligencia nacional. La preocupación por el secreto sorprendió a los presentes.

No obstante, según indagó LA NACION , trascendió que sus dichos se refirieron a un episodio relatado por otros exagentes de inteligencia que ya declararon en el expediente. Se trata de dos exagentes que seguían órdenes de Fernando Pocino: señalaron que entre sus tareas, en 2015, cuando se desarrollaba la investigación por la muerte de Nisman, espiaron a la fiscalía de Vivian Fein para determinar si se acercaba Stiuso.

En ese momento, Stiuso se había convertido en un archienemigo del gobierno kirchnerista. Cristina Kirchner lo había echado. Oscar Parrilli, al frente de la Agencia Federal de Inteligencia, había prescindido de los servicios Stiuso, que hasta entonces había comandado los designios del organismo durante décadas, desde su cargo de director general de operaciones.

La ruptura con Cristina Kirchner fue una declaración de guerra y Stiuso dijo temer por su vida, al punto que tras declarar en la fiscalía de Fein se fue del país. Tuvo una salida por un paso fronterizo, por tierra, con ayuda de amigos, y estuvo en los Estados Unidos , dado sus buenos contactos con las agencias norteamericanas.

Pero cuando los servicios de inteligencia kirchneristas montaban guardia en la puerta de la fiscalía no pesaba sobre Stiuso ningún pedido de captura nacional ni internacional. Tiempo después se libró una circular azul de Interpol para dar con su paradero. Por eso, Stiuso sostiene que el seguimiento fue espionaje ilegal.

Uno de los exagentes indicó que estuvo una noche en un bar que estaba frente al edificio de la fiscalía de Fein, en Tucumán 966, casi esquina Carlos Pellegrini. Actualmente allí hay una pizzería. El agente contó que desde allí se comunicó con Pocino. Se trata de un histórico de la AFI, retirado de la Armada, que trabajaba en la agencia de inteligencia durante el segundo...

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