Anticorrupción debe investigar siete legajos con denuncias

"Kiosquitos", "maxikioscos" y "polirrubros". Así definió ayer el ministro de Cultura, , al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) en medio del ruido que generó el desplazamiento de Alejandro Cacetta. Para afirmarse en su postura, el Gobierno insistió que en el organismo es "opaco" y anunció que, junto a la Oficina Anticorrupción (OA), elaborará un plan para sanear la institución.

Ante el organismo de control que conduce , la cartera de Avelluto presentó un rosario de acusaciones: son siete legajos con presuntas irregularidades vinculadas a compras y viáticos y tercerizaciones, entre otros puntos.

El expediente está en manos del Área de Investigaciones de la OA. Se espera que el lunes los expertos comiencen a analizar los casos y pidan más documentación para estudiar si efectivamente existieron manejos espurios. A partir de allí, evaluarán si corresponde, o no, una denuncia penal.

Ayer, desde Cultura evitaron dar mayores detalles sobre los números comprometidos. Según pudo conocer LA NACION, la denuncia incluye siete "capítulos" con casos sospechados, entre los que figuran gastos para la promoción de películas que serían excesivos y las erogaciones para la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc) por obras que según el Gobierno no se habrían realizado.

El escrito también menciona compras sospechadas (como la adquisición de sillas por montos exorbitantes), irregularidades con los traslados (entre los que figuran los gastos de movilidad para el Bafici y el Festival Internacional de Cine de Mar...

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