Año nuevo, plan nuevo: qué se espera para la economía en 2016

Señales no faltaron. La curva en el camino de la política económica estaba anunciada desde hacía tiempo, y a pocos días de asumir, el gobierno de Mauricio Macri tomó la decisión de dejar atrás el país de los múltiples tipos de cambio y de una actividad económica que, tras haberse estancado buscó, en el año que se acaba de ir, ser estimulada con más consumo, a costa de agravar los desequilibrios macroeconómicos que fueron una marca de los últimos años de gestión kirchnerista.

Pasada la curva -o aun en ella, si se mira todo lo que queda por hacer y por definirse-, y con una devaluación que llevó el dólar de $ 9,90 a $ 13,30 (una suba de 34%), o bien que, vista desde el otro lado, redujo el valor del peso de US$ 0,101 a US$ 0,075 (una depreciación de 26%), varios economistas creen que 2016 será un año de transición que estará dividido en dos en lo que al comportamiento de la economía se refiere. Una primera parte, que estará signada por una serie de necesarios reacomodamientos y en la que serán determinantes cuestiones tales como el pacto social y la resolución del conflicto con los holdouts. Y una segunda parte para la que se pronostica un despegue de la economía basado en mayores inversiones, algunas ya anunciadas a partir de saberse que llegaría un escenario con menores restricciones.

La forma en que se dio la salida del cepo y el valor en el que, inicialmente y sin sobresaltos, quedó el dólar llevaron a que en los últimos días de 2015 algunas consultoras revisaran sus proyecciones para el año y las mejoraran. Y dentro del Gobierno vieron con optimismo un informe que señala que en la semana previa a la Navidad la inflación -principal traba para el despegue- desaceleró su ritmo.

Sin consenso respecto de qué pasará con la variación del producto bruto -para algunos habrá un crecimiento bajo, y para otros, un leve retroceso-, la idea generalizada entre los analistas consultados por LA NACION es que encarar las políticas para corregir las distorsiones heredadas del kirchnerismo determinará que en 2016 la inflación sea más alta que en 2015, el empleo y los salarios terminen sin avances y el déficit fiscal, que según se estima rondó el 7% del PBI en 2015, siga existiendo y en un nivel aún alto, aunque la expectativa es que, a la par de mostrar una tendencia decreciente, gradualmente el desequilibrio se financie con más créditos y con menos emisión monetaria, lo cual quitaría efecto inflacionario.

Los precios son un tema central en las preocupaciones. "La devaluación per se no genera inflación, sino que presiona sobre los precios de un grupo de bienes; si esa presión es avalada por una mayor emisión monetaria, entonces sí hay una suba generalizada de precios", analiza Fausto Spotorno, economista jefe de Orlando Ferreres y Asociados, donde estiman que 2015 cerró con una suba del PBI de 1%, proyectan para este año una retracción de 0,5% y prevén una inflación de alrededor de 29 y de 38% en cada caso. Spotorno sostiene que el efecto en la inflación de la reciente devaluación será inferior a la de 2014, en parte por las nuevas políticas, y en parte porque algunos bienes ya habían subido.

La emisión monetaria fue la manera en que el kirchnerismo financió el déficit fiscal, que creció hasta un nivel tal que, según los economistas, hará que el signo negativo siga más allá de 2016 por la necesidad de evitar el efecto recesivo de...

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