Un año de adioses y de inesperados regresos

Emociones fuertes y mezcladas. De la muerte de David Bowie en forma de pieza de arte (dos días después de la edición de su álbum Black Star, en donde se despedía con versos como "miren acá, estoy en el cielo, tengo cicatrices que no se pueden ver" e imágenes de alto contenido emocional como las del video de "Lazarus" en la que se lo ve levitando en una cama de un hospital) a los regresos al país de The Rolling Stones, Paul McCartney, Guns'n'Roses e Iggy Pop. Del adiós (anunciado) a Leonard Cohen y (sorpresivo) a Prince a la confesión pública del Indio Solari ante 150.000 fieles seguidores en su último show en Tandil: "Mr. Parkinson me está pisando los talones". De la esperada (y finalmente victoriosa) visita de Eminem a la Argentina en el marco de una nueva edición del festival Lollapalooza a la consagración de Babasónicos en el Teatro Colón. Del reconocimiento al rock argentino en los premios Grammy (el rubro rock estuvo exclusivamente copado por artistas nacionales) a la vuelta de los festivales como formato estrella (a los ya instalados se agregaron los regresos del Bue y del Music Wins, con especial cuidado y buen gusto en sus grillas).

Sin sobresaltos, la familia Cadillacs grabó su primer álbum de estudio desde 1999 (La salvación de Solo y Juan, una ópera rock que los devolvió a su mejor forma) y sumó a los hijos mayores de su dupla compositiva como miembros estables, mientras Andrés Calamaro reinventaba su repertorio de canciones propias y ajenas en estado minimalista (su gira Licencia para cantar fue de lo mejor de este 2017 que se acaba).

Con fabricación nacional por primera vez en veinticinco años, los vinilos desembarcaron seriamente en el mercado local y los músicos argentinos también se sumaron a una tendencia internacional y publicaron libros para todos los gustos: autobiografías, recopilación de anécdotas, historias de vida y diarios de viaje.

Ya en diciembre, el rock volvió a dos espacios estrechamente vinculados a su historia, a través de dos protagonistas con públicos disímiles: el estadio de River Plate (La Beriso) y el legendario Obras Sanitarias (Airbag).

Por el lado de las músicas de raíz folklórica, el tango, el jazz y la canción de autor, el año fue de los festejos de aniversarios a las exequias. La que comenzó el año con todo fue Soledad Pastorutti porque festejó las dos décadas que pasaron desde que subió por primera vez en el escenario mayor del festival de Cosquín...

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