Un aniversario sin los veteranos

PUERTO ARGENTINO.- A diferencia de hace 30 años, no habrá mañana un desembarco de http://www.lanacion.com.ar/1461098-por-que-el-y-no-yo en las islas. Tampoco irrumpirá una delegación de ex combatientes de la guerra de 1982. Ayer, del vuelo de LAN 991 apenas bajó un veterano de la Fuerza Aérea que, durante el conflicto, voló un Hércules que surcaba el aire yendo y viniendo de Comodoro Rivadavia y Río Gallegos para abastecer de víveres y armas a los soldados.Tal vez a ninguno de los otros 56 pasajeros se le arrugó tanto el corazón como al suboficial (R) Juan Carlos Luján, un experimentado de los aires de 70 años y con más de 15.000 horas de vuelo. Ayer pisó las Malvinas por segunda vez desde que finalizó la guerra. Ya lo había hecho en 2000, cuando bajó de un crucero turístico.Para los isleños, el 2 de abril es una fecha funesta. La recuerdan como el "día de la invasión" e intentan que pase rápidamente. Creyendo que llegarían decenas de argentinos, vistieron ayer sus casas y autos con banderas inglesas y de las http://www.lanacion.com.ar/1461089-malvinas-herida-abierta. El frío y una tenue llovizna los empujaron a refugiarse en sus casas. Salvo a los más jóvenes, que amontonaban botellas de cerveza vacías en la barra de los bares hasta que la cogorza no los dejaba mantenerse en pie.En el trato con el hombre cualquiera, uno percibe desconfianza y cierta intolerancia con la visita. La mayoría dedica miradas hostiles u observa con sospecha. Son pocos los lugareños amigables ante el primer apretón de manos. Ni siquiera en The Globe Tavern, en la solitaria calle Crozier, las imágenes del partido de River con Ferro en una pantalla gigante pudieron distender la atmósfera.La tensión ya había quedado al descubierto desde antes de bajar del avión. "Señores pasajeros, estamos por aterrizar en la ciudad de Mount Pleasant, por favor regresen a sus asientos." La voz monótona del comisario de a bordo de LAN evitó mencionar a las islas ni como Malvinas ni como Falklands. "Es por decisión de la empresa, para evitar herir susceptibilidades", dijo.Después de la consulta de LA NACION al azafato, un isleño giró su cabeza y fulminó a los cronistas argentinos con la mirada. "Si nadie los invitó a la fiesta, es probable que no sean bien recibidos. Esas preguntas son de mal gusto", se molestó Willis, un malvinense que huyó con su familia a los suburbios de la isla cuando las tropas argentinas conquistaron Puerto Argentino.Sentada en la fila tres de la clase turista, Ellis Sally...

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