Animarse a más, a los 26 fue elegido para una experiencia en el exterior: 'Viajé por primera vez, era el consentido de la familia'

Remi estuvo a cargo de la obra de refacción de la Universidad del Litoral.

No lo sabía en ese momento. Pero había crecido y vivido durante muchos años en una enorme zona de confort de la que necesitaba salir . Todo comenzó cuando aplicó a un intercambio para estudiar por seis meses en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, en el sureste de Brasil. Recibió la noticia con sorpresa: entre muchos otros candidatos, él -que con 26 años jamás había salido del país- estaba entre los seleccionados para hacer la experiencia. Era la primera vez que se enfrentaría a la necesidad de valerse por sus propios medios.

Criado con su mamá, el marido de ella y sus abuelos maternos en la ciudad de Santa Fe, desde pequeño había sido el sobreprotegido de la familia . Un evento desafortunado en la infancia lo había llevado a ocupar de forma involuntaria ese lugar en la distribución de roles dentro del clan. " Cuando yo tenía tres años, mi mamá había perdido a mi medio hermano , Esteban, de seis años. Se lo había llevado su padre, la expareja de mi mamá. Nunca dejó de buscarlo y recién dio con él 17 años después. Por eso todos me cuidaban tanto. Yo era el sobreprotegido de la familia".

Ariel y Remi, compañeros de cuarto primero, mejores amigos después.

Seguir el mandato, descubrir el mundo

Tal era el apego con el que había sido criado, que fue incluso su madre quien pensó que tenía aptitudes para estudiar arquitectura. Y sin dudar, apoyado en la evidencia que indicada que tenía facilidad innata para el dibujo y la representación gráfica, siguió el mandato.

Por eso, cuando llegó el momento de partir al exterior, sintió que estaba por comenzar un desafío en todo sentido, tanto por la lengua como por el aspecto sociocultural y académico. " Al estar fuera y alejarme de mi familia, tuve que valerme 100% por mí mismo. Pero era la primera vez que me sentía libre y con el poder de conseguirlo todo. Me sentía fuerte y capaz, en un país desconocido para mí pero descubriendo todo como un niño ", recuerda Remi Bouquet.

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Se instaló en la residencia estudiantil que le habían asignado. Allí convivió durante seis meses en un monoambiente con Ariel, otro estudiante de Santa Fe, que se convertiría con el paso de los días en su mejor amigo. Al comienzo el idioma fue una barrera, pero pronto se adaptó y comenzó a hablarlo de forma cada vez de forma más fluida. El tamaño de la ciudad también lo había impactado: los tres millones de habitantes fueron una nueva realidad a...

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