Anillaco: las ruinas del imperio menemista

Una calle que lleva su nombre, una escuela, un breve mármol que cuida su memoria y y con algún fin turístico. Una casona a la que llaman "La Rosadita", una pista de avión en medio de la nada, construida a ritmo de machete para la llegada ocasional del Tango 01, y ruinas de un imperio que ya fue. La historia cae, atroz.La recóndita Anillaco despertó de su siesta eterna cuando Carlos Saúl Menem llegó al poder. Anillaco es una de las diez localidades del departamento de Castro Barros, en La Rioja. Situado a 90 kilómetros de la capital provincial, este pueblo de 3200 habitantes recostado sobre las faldas de la Sierra del Velazco llora con nostalgia al expresidente. Menem nació allí el 2 de julio de 1930 e hizo de este lugar su búnker político.Se atrincheró allí cuando estuvo en la cima, en la víspera y durante los años 90, pero también durante su caída, a partir de 2003, cuando abandonó el ballottage contra Néstor Kirchner. Improvisó una suerte de revancha en 2005 junto con Alberto Rodríguez Saá, pero la piel del peronismo ya había cambiado y al dirigente riojano solo lo esperaba una banca de senador nacional, el blindaje de fueros ideal para evitar una condena a prisión y el voto flexible para cualquier oficialismo en apuros de obtener una ley.Menem visitó por última vez su ciudad natal en noviembre del año pasado, según precisa Marcelo del Moral, el intendente peronista de Castro Barros. "No creo que Zulemita decida traer los restos del presi a Anillaco. La familia tiene un mausoleo en el cementerio sirio libanés en La Rioja capital", dice Del Moral en una charla telefónica con LA NACION. Esta noche habrá una misa en la iglesia de San Antonio de Anillaco. Zulemita, en tanto, informó hoy que su padre .Nunca las gestiones municipales supieron bien cómo hacer para explotar turísticamente Anillaco. Sacó provecho un comercio de comidas regionales en la calle principal, que hasta vende vinos con la etiqueta de Menem. Recién en 2017 se montó en la entrada al pueblo un museo con una escultura del expresidente.El radical Julio Martínez prometió alguna vez si era gobernador adquirir La Rosadita y levantar allí una exposición sobre el expresidente riojano. "Tenemos el turismo de jubilados, pero ya se está perdiendo", se resigna Marcelo González, un concejal radical de Castro Barrios que impulsó en alguna campaña electoral doméstica la idea de Martínez.Desde Anillaco, por teléfono, González no se olvida del oportunismo político de quienes rodearon a...

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