Ángel de Dios, el 'pingüino' que hizo caja desde el Banco Nación

"Hablen con Dios", era una frase recurrente en los pasillos de las oficinas públicas de Río Gallegos. No era justamente para referirse a cuestiones espirituales. Todo lo contrario. Eran asuntos terrenales, a pesar de que aquel Dios era Ángel. Durante la gestión de Néstor Kirchner en Santa Cruz, Ángel de Dios manejaba, casi siempre, temas de dinero.

Sus vínculos políticos son contundentes: es el consuegro de Julio De Vido. Las mellizas De Vido de Dios convirtieron en bisabuelos a Julio y a Ángel. Sus hijos, Facundo De Vido y Mariana de Dios mantuvieron una larga relación desde adolescentes. Fueron padres de Micaela De Vido de Dios, que, con 20 años, fue madre de las mellizas. Pero, además de los cumpleaños familiares, los De Vido de Dios comparten el gobierno.

Ángel de Dios, 64 años, fue nombrado en el Banco Nación como un premio a la fidelidad. Conoció a Kirchner en los 80 y nunca le falló. Como presidente del Tribunal de Cuentas de Santa Cruz, avaló que el entonces gobernador mantuviera más de 1200 millones de dólares en el exterior producto de las regalías petroleras. Desembarcó en 2008 en el Banco Nación y tomó el control de Nación Servicios SA, que depende de esa entidad y que administra la tarjeta SUBE.

De Dios volvió a convertirse en una pieza clave cuando Cristina Kirchner lo señaló como el responsable de licitar todo tipo de contrataciones para el funcionamiento de la SUBE. A través del banco, los funcionarios manejan el flujo cash que mueve la tarjeta: $ 1200 millones por mes en concepto de viajes que se cobran por adelantado. La instalación de equipos para leer tarjetas en los colectivos, los plásticos (ver aparte) y, sobre todo, la administración de la red de recargas son los negocios más abultados.

"Le prometí a Cristina que iba a dejar la vida por este proyecto. La SUBE tiene que salir", repetía De Dios en los momentos más difíciles. Cristina Kirchner había anunciado en 2009 que el boleto electrónico para el transporte iba a estar en funcionamiento en 90 días. Como una premonición, De Dios tuvo que enfrentar en los meses posteriores un cáncer que pudo ser mortal. Fue en esos días cuando su hijo Rodrigo ganó protagonismo como su brazo operativo. Finalmente, Ángel de Dios se sobrepuso y volvió.

El patrimonio de los De Dios creció al compás del éxito de la SUBE. Declaró en 2014 su casa de Río Gallegos, un departamento a medias en la Capital y un terreno en Santa Cruz. También su negocio familiar, la estación de servicio YPF que se...

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