Una anciana, su cuidadora y una propiedad usurpada: ¿'el cuento del tío' versión 2021?

En la ciudad de Madrid se multiplican -en los últimos tiempos- las empresas que ofrecen servicios para acabar con la ocupación ilegal de propiedades

En agosto, lo sucedido dentro de un viejo inmueble muy próximo a la Plaza Mayor de Madrid llamó la atención de medios de comunicación y redes sociales. Los titulares eran muy llamativos: Carmen, una mujer mayor de casi 90 años, había perdido su piso a manos de su cuidadora, una joven marroquí de 26 . Un caso perfecto para despertar la indignación popular. Pero la realidad es muy diferente: la joven es ahora víctima de acoso en redes sociales y de escraches sin haber cometido irregularidad alguna , como sostiene la policía, que ha tenido que actuar en su defensa. Y en medio del caso, interviene Daniel Esteve, dueño de la empresa Desokupa , para atizar el rechazo al inmigrante en sus redes, organizar manifestaciones, amenazar a la joven y de paso hacer publicidad de su compañía.

Un hecho significativo de hasta qué punto ha llegado el falso montaje es que Esteve conoce la verdad y no le interesa. Lo suyo es ofrecerse como el paladín de las "desokupaciones". Este barcelonés nacido en 1970 fue boxeador, portero de discoteca y dueño de un negocio de cobro de morosos antes de fundar la empresa más mediática de las surgidas en España al calor de una falsa alarma social sobre allanamientos de inmuebles. Dice haber llevado cerca de 7000 "desokupaciones" desde 2016. "Nunca, nunca había tenido tantos mensajes de apoyo, de ánimo, de condena hacia la okupante", afirmó el viernes en un vídeo en sus redes sociales, donde tiene cientos de miles de seguidores. Pero sabe que lo que dice no es verdad: la joven inmigrante no es una okupa . Eso lo conoce por la policía. Él estaba delante cuando los agentes comprobaron que la versión de la chica marroquí era la que se sostenía, como confirma al diario El País.

La actuación de intermediación en conflictos inmobiliarios está permitida por la ley, pero en un mensaje a este periódico sobre este caso, fuentes de la Policía Nacional advierten de los comportamientos criminales de estas empresas: " Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado alertan de las posibles actividades delictivas que pueden llevar a cabo algunas empresas de desocupación durante sus servicios, como coacciones, allanamiento de morada, lesiones y acoso ".

El caso de la marroquí

La joven vive desde enero de 2017 en el piso , ubicado sobre la calle Toledo (por allí, antes de la pandemia pasaban ríos de turistas). Llegó desde Marruecos para estudiar Filología Hispánica en un programa conjunto de las universidades Complutense y Sorbona de París. A la mujer mayor le pagaba un alquiler de €400 por una de las dos habitaciones de la vivienda, según múltiples recibos mensuales que tiene en su poder el abogado de la joven, Pablo Galdón.

La Plaza Mayor de Madrid.

La mujer mayor es Carmen Franquelo, de 89 años, y no es la propietaria del piso, sino una inquilina de renta antigua que ha habitado ese edificio desde 1946. Paga €121,5...

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