Amplían, flexibilizan y abaratan la línea de crédito obligatorio

En un nuevo intento por asegurar una tasa mínima de inversión que ayude a suplir la caída de aportes externos y evite un mayor retroceso de la economía, que acumula cuatro años de estancamiento, el Banco Central (BCRA) amplió, flexibilizó y abarató los préstamos que los bancos deben conceder con ese destino y se fondean con recursos de los depositantes privados.

La medida, que para la evaluación de esa entidad supone "profundizar una política que redundará en un aumento de la oferta de crédito para el sector productivo" y, en especial, "para las micro, pequeñas y medianas empresas", está en vigencia desde hoy.

Impone a los bancos a transformar el 7,5% de los depósitos privados que tienen bajo administración (un punto más de lo que se les pedía hasta hora -dos más desde que arrancó esta modalidad-, lo que equivale a unos $ 50.000 millones) en nuevos créditos que deberán entregar en la segunta mitad del año a tasas iniciales del 18% nominal anual (eran del 19% hasta ahora), es decir, 5 puntos porcentuales menos de las del 22,6 al 24,2% que el propio BCRA les obliga a pagar por los plazos fijos minoristas, y plazos no menores a los 36 meses.

Esto deja a la vista que el Gobierno intenta generar así un subsidio por vía indirecta a la producción pese a que, desde que se lanzó, la línea no ha logrado sacar a la economía de su amesetamiento.

El problema es que, en un momento en que el Estado ha pasado a financiarse de manera directa de los bancos como lo hacía a fines de los 90 (colocó bonos por $ 30.000 millones en apenas tres meses), esta medida puede resentir la oferta de crédito al resto de los sectores de la economía, con lo que se presume que el estímulo corre el riesgo de transformarse en lastre.

La novedad hipotecaria

La Línea de Créditos para la Inversión Productiva (LCIP) fue creada tras la última...