Un amigo le disparó por accidente y quedó en silla de ruedas: 'No me enojé porque sabía que él también era víctima'

Luciano junto a su mujer y a su hija Antonia.

El 20 de abril de 1990 Luciano Cruz Llosa se encontraba en la casa de un compañero del colegio en San Miguel del Monte. Ya habían pasado unos minutos del mediodía. Al rato, se sumó otro amigo suyo que era un año más grande. Estaban los tres solos. Cerca de las 14hs, el dueño de casa se ausentó durante unos segundos y regresó con un arma de fuego de grueso calibre (Magnum Smith Wesson 357). De repente, de manera accidental el revolver se disparó, impactando el proyectil en el pecho de Luciano y saliendo por la espalda. Luego, realizó un gran orificio de lado a lado de una de las paredes del lugar.

"No bien recibí el disparo dejé de tener movilidad y sensibilidad en los miembros inferiores. Me llevaron al Hospital Zenón Videla Dorna donde me operaron de urgencia por la afección en el pulmón derecho. En ese procedimiento participaron todos los médicos del pueblo, a quienes les debo la vida. Al día siguiente me hicieron una neurocirugía para extraerme esquirlas de bala cercanas a la médula espinal. Estuve al borde de la muerte unos cuantos días. Mi estado de salud no permitía el traslado ni siquiera en helicóptero a Buenos Aires o a La Plata. En el Hospital Público de Monte me salvaron la vida. La enfermera que me asistió desde el primer momento hizo la diferencia. Gestionó quirófano, activó la donación de sangre", recuerda Luciano, a la distancia.

No bien recibió el disparo Luciano dejó de tener movilidad y sensibilidad en los miembros inferiores.

No volvería a caminar

La lesión de Luciano fue en la octava vértebra dorsal con pérdida de sensibilidad y de movilidad. Lógicamente, una de las preguntas que les hizo a los médicos luego del cuadro de gravedad extremo fue si volvería a caminar. Los profesionales le explicaron el nivel de compromiso neurológico que tenía y que había que esperar unos meses a que se desinflame y estabilice la zona afectada. En los meses siguientes, cuenta, se fue dando cuenta de lo irreversible de la situación.

A pesar de lo extremo de su caso, cuenta, la reacción no fue tan mala o por lo menos así lo recuerda. "Estuve muy contenido y cuidado por mi familia, amigos y colegio. Todos fueron sumamente importantes. Estimo que fui siempre para adelante. Generalmente le veía el lado positivo a las cosas. Me tocó vivir esta situación, traté de no detenerme en preguntarme `¿por qué a mí?`. Esa pregunta no tiene sentido práctico. Al contrario, te distrae. Tomé conciencia que tenía...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR