La venta ambulante, negocio de organizaciones de corte mafioso

Durante varias semanas, el fiscal porteño Walter Pérez investigó y fotografió al ocupante de la casa ubicada en Pichincha 161, en el barrio de Once. Allí vive Augusto Dante Díaz Castro, de nacionalidad peruana, y era habitual ver entrar y salir pilas de cajas. Tras semanas de vigilancia se comprobó que allí se cocinaban, empaquetaban y distribuían ilegalmente http://www.lanacion.com.ar/1660109-manteros-vuelven-a-cortar-la-avenida-pueyrredonde la estación Once.El 24 de enero se allanó el lugar. La Justicia cargó dos camiones con comida que se preparaba en un área infestada de cucarachas y heces de rata. Había alimentos en estado de putrefacción, entre otras irregularidades de salubridad. Hoy, según consta en la causa judicial, Díaz Castro es investigado como presunto cabecilla de una http://www.lanacion.com.ar/1659522-once-manteros-desalojados-protestan-y-complican-el-transito.El suyo es apenas un caso de un negocio con tintes mafiosos que mueve, en toda la ciudad, http://www.lanacion.com.ar/1658826-comenzaron-los-operativos-para-desalojar-a-los-manteros-de-onceLa mafia de los vendedores ambulantes en la Capital tiene distintos escalafones y organigramas, de acuerdo con la zona en la que se asienten. Once, Caballito, San Telmo o la avenida Juramento, por ejemplo, estarían manejadas por células pequeñas, cada una con una veintena de vendedores ambulantes que son contratados como jornaleros por una paga diaria.En la terminal de Retiro, por ejemplo, la Justicia sostiene que la mafia de la venta ilegal callejera -la mayor parte fue erradicada- responde a una estructura piramidal con un cabecilla que habría sido beneficiado con concesiones y permisos que otorgaba el gobierno nacional.El negocio de la venta ilegal callejera en la ciudad es millonario: moviliza unos $ 210 millones de pesos por mes si se suma lo que recaudan los casi 2800 puestos que hay en distintos barrios.En Once, hoy un bastión de la ilegalidad que el gobierno porteño y la fiscalía intentan erradicar, los manteros están agrupados por nacionalidades. Los peruanos (son amplia mayoría) tienen el control de la venta de alimentos, celulares, juguetes e indumentaria. Los bolivianos, de frutas y verduras. Y los senegaleses, que son minoría, los accesorios como anteojos, joyas y relojes.La investigaciónTodavía hay más de 340 puestos de venta ilegal en la zona de la terminal de trenes y los organizadores que están bajo la lupa de la Justicia tienen entre 20 y 30 puestos cada uno. La fiscalía trabaja...

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