Amazon, guepardo insaciable: la fiera que persigue al libro

La pelea entre el gigante del y el grupo editorial Hachette, que arrancó por la negativa de estos últimos a bajar los precios de los e-books, es ahora el escenario donde se dirime el futuro de la industria editorial: sus reglas, su funcionamiento y hasta el peso relativo de sus protagonistas dependen del resultado de esta particular contienda. Lo que comenzó hace varios meses como una disputa comercial hoy es una guerra sin cuartel cuyos contrincantes ponen en marcha tácticas, estrategias y suman aliados día a día, algunos con las firmas más rutilantes de la literatura contemporánea.Mientras ayer se anunciaba que Amazon haría el experimento de abrir su primera tienda física en Nueva York, la Feria de Fráncfort dedicaba al tema varios debates y los pasillos del gran mercado internacional de derechos arden de rumores. La Argentina parece lejos de este choque de civilizaciones culturales (las políticas de restricción al dólar y a las importaciones hacen que el negocio no haya desarrollado aún su potencial aquí como en el resto del mundo), pero definitivamente lo que resulte de este tsunami llegará hasta nuestras costas y generará cambios en los precios de los libros, en los porcentajes de las ganancias para los autores, en las prácticas comerciales y de edición.La frase salió tiempo atrás en The New Yorker. "Deberíamos acercarnos a las editoriales así como un guepardo persigue a una gacela enferma", habría dicho Jeff Bezos, el ambicioso líder de Amazon, comparando su compañía con el animal más veloz. Esto habría ocurrido cuando el audaz empresario decidió liderar el mundo de los libros, enterrando tradición e historia. Primero fue la venta electrónica de libros físicos; luego llegó el Kindle y la producción de ejemplares electrónicos para leer en ese dispositivo; más tarde el espacio para que los autores puedan autopublicarse. Quienes no lo quieren nada acusan a Bezos de haber buscado primero el fin de las librerías y ahora el de las editoriales. Desde Amazon, responden que sólo pretenden que la industria se modernice y gane más dinero. Los sellos dicen que el coloso anaranjado sólo piensa en consumidores y no en lectores. Y Amazon sostiene que Hachette puso a los autores como escudos humanos y que, como son el establishment, se resisten a los cambios como lo hicieron con la aparición del libro de bolsillo, por iguales razones: que era más económico.Al menos en los Estados Unidos, ya se ha visto cómo las librerías perdieron con este guepardo insaciable...

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