Altas temperaturas: clima propicio para las infecciones alimentarias

La escena es conocida: en la primera o segunda semana de vacaciones, el veraneante desprevenido ve frustradas sus esperanzas de disfrutar de ese preciado tiempo libre por un súbito malestar: dolor de cabeza, fiebre, náuseas, diarrea...Conocido precisamente como "diarrea del viajero", este cuadro, que puede dar lugar a la deshidratación, es una de las infecciones que aumentan en estas épocas debido al calor y a la relajación de las medidas higiénicas.Las "villanas" causantes de esta y otras enfermedades transmitidas por alimentos son bacterias como Salmonella (que también puede producir fiebre tifoidea); Campylobacter, que afecta de manera especial alimentos como pescado y pollo crudos o poco cocidos, leche sin pateurizar y agua no potabilizada; Listeria, que se multiplica en alimentos refrigerados, leche cruda y verduras o productos en conserva, y Escherichia coli, presente sobre todo en la leche y la carne crudas o poco cocidas. La duración e intensidad de los síntomas varía de acuerdo con la cantidad de bacterias o toxinas presentes en el alimento, la cantidad de alimento consumido y el estado de salud de la persona, entre otros factores.Y no solo atacan cuando estamos de vacaciones: según el Instituto Nacional de Alimentos, el 40% de las intoxicaciones alimentarias ocurren en el hogar.En el reporte de brotes del Boletín Integrado de Vigilancia 2018 del ex-Ministerio de Salud de la Nación, figuran varios vinculados con enfermedades transmitidas por alimentos. En total, más de 3600 casos entre salmonellosis, shigelosis (gastroenteritis producida por la contaminación fecal), brucelosis y triquinosis (que se contrae al comer carne de cerdo infectado por larvas de triquina).Aunque no hay cifras precisas porque muchos casos pasan por debajo del "radar" sanitario, según el primer informe de la OMS sobre el tema, las enfermedades de origen alimentario se cobran anualmente unas 420.000 vidas en todo el mundo, especialmente en países en vías de desarrollo. Sus principales víctimas son los menores de cinco años.Se estima que una de cada diez personas se enferma cada año por consumir comida contaminada; por inadecuadas medidas de elaboración, pero también por desconocimiento o no cumplimiento de las normas higiénicas."Muchas de estas diarreas estacionales son autocontenidas; a veces, ni siquiera requieren consultar con un centro de salud -explica Carlos Damín, jefe de Toxicología del Hospital Álvarez-. Pero pueden adquirir gravedad en los dos...

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