Alta Fidelidad: Gal Costa, una tropicalista entre Oiticica y Clarice Lispector

En la tapa de "Legal", el pelo de Gal Costa se vuelve una tira de contactos

"Museo es el mundo, es la experiencia cotidiana", había dicho Hélio Oiticica , el neoconcreto carioca que en 1967 pegó un volantazo que afectaría no solo su obra permeada por la abstracción europea sino la de toda la música popular brasileña y, para poner las cosas en su lugar, la de la contracultura internacional aunque el centro tardase décadas en darse cuenta. Fue ese año, el mismo de Sargeant Pepper y el Summer of Love, cuando presentó en el Museu de Arte Moderno de Rio la muestra Nova Objetividade Brasileira , su intento por establecer una posición propia, descentrada frente a la hegemonía internacional del Op y el Pop. En esa exposición sobresalía la instalación (bueno, nadie usaba ese nombre entonces) Tropicalía , un manifiesto hecho obra por "las cosas del mundo que encuentro en las calles"; por la arquitectura disfuncional de las favelas y la percepción del cuerpo en las comunidades entregadas al samba en las que se había entremezclado. Caetano Veloso tomó ese nombre y le dio la proyección que solo la música popular alcanza para los procedimientos de vanguardia. La tapa de Tropicalia: ou panis et circencis dejó la estampa definitiva de un grupo de vanguardistas populares. Los tropicalistas, antropófagos (como había pedido el poeta Oswald de Andrade en los años 20) de la cultura toda: del samba a Hendrix y de John Cage a la bossa nova, Roberto Carlos y Dylan. Todo, incluído Oiticica. Hélio: oxígeno, hidrógeno. Aguas vivas.

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Entre Gilberto Gil y Caetano , justo al lado del suicidado poeta Torquato Neto, la chica de vestido amarillo (pero no a lunares) hippiedélico con sobredosis de frizz en el pelo es Gal Costa , nacida en Bahía en 1945 y muerta esta semana en Sao Paulo . Dos años después se dejaría peinar por Hélio Oiticica que estiró sus rizos hasta convertirlos en otra metáfora visual del Tropicalismo. En la tapa de Legal ("tudo bom tudo legal", eso), su tercer disco como solista, a Gal el pelo se le vuelve una tira de contactos que parece reflejada en esos espejos deformantes del parque de diversiones. Helio le hizo un injerto cuya imperfección es un niet anticipado al photoshop y los filtros...

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