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percepcionesEl silbido de BeechamLas ciencias duras nos dicen que las ondas sonoras se propagan por el espacio y que su percepción física (y humana) es posible por la participación sucesiva de la campana auditiva, el tímpano, los huesecillos del oído medio, la perilinfa del caracol auditivo y las células del órgano de Corti, que transmiten sus impulsos nerviosos hasta la corteza cerebral, donde, por fin, son interpretadas como sensaciones auditivas. Pero no sólo de física y fisiología debemos hablar cuando nos referimos al sonido, sino también de procesos psicológicos y culturales cuyos razonamientos y deducciones, por supuesto, son menos concretos y unívocos que aquellos tan taxativos de la física o la biología. Por ejemplo, Pierre Schaeffer, el gran compositor francés, sobre la base de la percepción y la atención, estableció cuatro modos de audición: oír, escuchar, entender y comprender. Pero ni...