Más allá del dato, desde hace 30 años hay un 20% debajo de la línea

Después del impacto que causó ayer la presentación del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), la reflexión sobre el panorama de largo plazo da un resultado aun peor: desde fines de los años 80 hasta hoy, existe un núcleo duro de pobreza e indigencia que afecta a entre el 20 y el 25% de la población y que tampoco se benefició de los ciclos económicos favorables.

Hoy, entre 8 y 10 millones de personas o 3,5 millones de hogares sufren esta pobreza estructural, que pasa de generación en generación. Entre ellas, un 10% están, también desde los 80, en una situación de marginalidad.

Esta parte de la población, que no baja a lo largo de los años y que atraviesa diferentes gobiernos y políticas económicas, representa la gran "deuda social" a la que hace referencia la UCA en sus informes, y necesita políticas de corto, mediano y largo plazos, elaboradas con el consenso de todos los partidos políticos y sectores de la sociedad civil.

Es cierto que en sus primeros nueve meses el gobierno de Mauricio Macri sumó 1,5 millones de nuevos pobres y existen en la Argentina 13 millones de personas en esa situación. Por otro lado, la indigencia también creció durante este período. Se sumaron 600.000 nuevos indigentes y hay un total de 2,7 millones. También es crítica la situación de los niños: el 44% de los menores de hasta 14 años vive en hogares pobres y el 10%, en la indigencia. Es decir, uno de cada diez niños está en riesgo de que le falten los alimentos.

Pero a estas cifras no se llega en pocos meses. De hecho, "los niveles actuales de pobreza se asemejan a escenarios como los de 1983, 1987, 1994 o 2009", dice el informe de la UCA. "La actual coyuntura parece remitir a procesos recesivos generados por efectos de crisis financieras (tequila) o dinámicas inflacionarias posdevaluación, como en los ochenta o en 2014", agrega.

La pobreza se relaciona con las variaciones del PBI per cápita y del salario real. "Ascensos en estos indicadores se traducen en caídas moderadas en el nivel de pobreza, a la vez que su retroceso se asocia con un aumento de esta tasa. En cualquier caso, se destaca la dificultad histórica de «perforar» un piso estructural de pobreza", explica el informe.

Durante los últimos cinco años, fue notorio el aumento del subempleo inestable, de muy baja calidad, con fuerte inestabilidad y sin un ingreso regular. "Básicamente changas, que son estrategias de supervivencia", apuntó Agustín Salvia, coordinador del ODSA. Son personas con...

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