Salvar alimentos: consejos para no desperdiciar un bien cada vez más escaso

Son miles de toneladas las que todos los días terminan en la basura. O la comida se pierde durante la cadena de producción, o en el almacenaje, o directamente los consumidores la echan al tacho. El problema del desperdicio, en un mundo que padece hambre y desnutrición, es tan considerable como la cifra que anunció la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) durante la última conferencia regional: el 40% de la comida que se produce en el mundo se tira o se pierde de distintas maneras."Los datos de la FAO son verdaderamente certeros, injustos y terribles -dice Eduardo Andreu, presidente de la Red Argentina de Bancos de Alimentos-. Hablar de más de un tercio del alimento que se tira cuando 870 millones de personas en el mundo padecen hambre todos los días muestra que hay mucho que no está bien." En ese sentido, los 17 bancos de alimentos presentes en doce provincias argentinas son un foco de esperanza para reducir esta problemática a nivel local: sólo el año pasado rescataron más 8 millones de kilos de comida (un camión de 30 toneladas por cada día hábil), que luego fueron distribuidos a más de 1600 organizaciones, llegando así a más de 245.000 personas.Pero, más allá del trabajo que realizan los bancos de alimentos, hay que tener en cuenta que todos somos parte de la cadena alimentaria y que cada uno puede sumar su aporte: los voluntarios, las empresas, los organizadores de eventos y hasta los consumidores cada vez que hacen las compras, las almacenan o cocinan. Para Edgardo Ridner, ex presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición, hay que convencerse de que "cuidar los alimentos no es una señal de pobreza, sino una valiente actitud de solidaridad".Agrega Ridner: "La cultura del cuidado ha ido cediendo a la cultura del consumo. Esto se nota en la falta de planificación de las compras, la tendencia a acumular y a preparar y servir porciones innecesariamente grandes".Bancos de alimentos: ¿Cómo funcionan?Hay mucha mercadería que por la proximidad de la fecha de vencimiento se saca de las góndolas. Lo mismo sucede con aquellas que tienen problemas de envoltorio o incluso con productos estacionales, como el pan dulce o los huevos de Pascua que quedan sin venderse, pero que, dentro de su fecha de caducidad y con sus valores nutritivos intactos, se retiran de las góndolas y... se tiran.El rango de acción de los bancos de alimentos alcanza todos estos casos, según cuenta Eduardo Andreu, presidente de la Red Argentina de Bancos...

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