Los alimentos, más caros por el mayor peso de los impuestos

Las alarmas volvieron a encenderse en los últimos días. Entre los ejecutivos de la industria alimenticia y de bebidas temen que el Gobierno esté preparando una pequeña venganza en tiempos de transición: reponer con otro nombre el artículo 50 de la llamada Asignación Universal del Deporte, que prevé elevar la carga impositiva a las bebidas con y sin alcohol (también al tabaco).

Esa sería, se animan a pronosticar las empresas, la misión del camporista Mauricio Gómez Bull, que el lunes arribará del sur con un proyecto complementario de esa ley aprobada bajo el brazo. Esa norma todavía no tenía una fuente clara de financiamiento. Si se mantuviera la idea original del diputado kirchnerista, los precios de los productos impactados por el gravamen podrían subir 6 por ciento.

El Gobierno culpa a los empresarios por los aumentos de los precios de los alimentos. Esa fue la justificación elegida para explicar que el país tiene desde hace varios años la segunda inflación más alta de América latina.

Sin embargo, un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) calculó que en los últimos 15 años, entre 2000 y el año en curso, el peso total de los impuestos en el precio de venta al consumidor de los alimentos aumentó entre el 20% y 25 por ciento. En el centro de estudios precisaron además que ese porcentaje no contempla el efecto derivado de la imposibilidad que hoy tienen las empresas de hacer un ajuste por inflación para la determinación del impuesto a las ganancias. "Esto subestima la situación verificada", indicaron.

En la actualidad, de cada $ 100 pesos gastados en alimentos, alrededor de $ 40 terminan en la caja del Gobierno. Más específicamente, el costo impositivo incluido en el precio de venta al público de un producto alimenticio promedio varía hoy entre un 38,8% (en el caso de productos gravados con IVA al 10,5%) y un 44,1% (para productos con alícuota del 21%), lo que supone entre 7 y 8 puntos porcentuales más que hace 15 años.

En 2000, el precio de venta al público (con el IVA incluido) de los alimentos se encontraba entre el 30,9% y el 36,9% del total, según se tratara de productos gravados al 10.5% o al 21 por ciento.

"Las causas más importantes de ese incremento de presión tributaria hay que buscarlas en el impuesto a los ingresos brutos, con cerca de tres puntos porcentuales, y el impuesto al cheque, que no existía y ahora es equivalente a entre un 2,6% y un 2,8% del...

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