La pasión de Alfonsina

Amelia Bence atesoraba una anécdota con Alfonsina Storni, a quien había conocido mucho antes de encarnar a la escritora en el film de Kurt Land. A los cinco años, cuando estudiaba en el Instituto de Teatro Infantil Labardén, la pequeña Amelia actuó en una obra de Alfonsina, Juanita: interpretaba al hijo menor de una familia acomodada en cuya casa trabajaba como mucama una chica de doce años. "En una escena tenía que mojar una estampilla con la lengua y pegarla en un sobre -recordaba Bence, años después-, pero se suponía que me la tragaba y empezaba a llorar. Por alguna razón me asusté ante la posibilidad de tragarme realmente la estampilla. Me dio miedo y empecé a llorar de verdad. Entonces Alfonsina me llamó entre bambalinas y me dijo: ?No seas tonta, no te vas a enfermar ni te va a pasar nada. Seguí adelante que vas a ser actriz'." Amelia guardó esas palabras como un talismán y desde entonces se dedicó a admirar a Storni, tanto por su personalidad como por su poesía.Esto lo cuenta Bence en un relato de su autoría publicado por primera vez en el libro Cuentos de cine (Alfaguara, 1996), cuyos textos seleccionó y prologó Sergio Renán. Allí, la actriz condensa en pocas palabras la imagen romántica de Alfonsina que prevalecía en la época y que aún perdura: "Una mujer que vivía por y para el amor. Que vivía enamorada". Esa visión, alimentada por su obra poética, contribuyó a cristalizar la imagen pública de la escritora como rebelde heroína...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR