Alerta, argentinos: nos atacan con tijeras

Pasó la turbulencia, terminó la crisis. Sí, parece que las relaciones entre Shakira y Piqué están reencaminadas y se los ha vuelto a ver como dos tortolitos. En cambio, no podría ser tan asertivo con lo que nos pasa a nosotros. Ni siquiera sé cómo llamar a esto que acabamos de atravesar o que estamos atravesando. En la entrevista de ayer con LA NACION, Dujovne se negó incluso a hablar de tormenta y, más todavía, de crisis. Otra vez la grieta. Para el Club del Helicóptero, es el diluvio universal. Para el Gobierno, cayeron tres gotas. De todos modos, no hay que estar atentos a eso: es fácil imaginar a Durán Barba instruyendo sobre la importancia de no usar palabras que asusten a la gente. La definición más importante del ministro fue otra. Admitió que hemos cambiado de dios. Antes nos arrodillábamos ante el gradualismo; ahora, ante el pragmatismo. Estamos ante un nuevo gobierno. Cambiemos. De religión.

Yo creo que todo esto tiene que ver con la culpa que nos viene dada por nuestra tradición judeocristiana. Estos tipos se dieron cuenta de que metieron la pata, y resolvieron ir a confesarse con el Fondo Monetario. Ya vamos a saber qué penitencia nos ponen, pero por ahora los que se castigaron fueron los propios pecadores. En el ejercicio de contrición y humildad que les habíamos pedido, Macri no solo reconoció errores, sino que agachó la cabeza y fue al rescate de las ovejas descarriadas Monzó y Ernesto Sanz; Sturzenegger dijo que el mercado les había dado una lección, y Marcos Peña volvió a ser Marquitos, más sencillo y abierto; digamos, hoy se debe ver más como Batman que como Superman. A Batman le entran las balas.

Lo paradójico es que la más piadosa de todo el Gobierno, Lilita Carrió, no muestra signos de arrepentimiento. Ella y el gobernador Cornejo están ligados al terremoto cambiario desde que empezaron a agitar la cuestión del ajuste de las tarifas, un instrumento fundamental en la lucha para achicar el déficit. "Pusieron el grito en el cielo antes incluso que La Cámpora", me dijo ayer el senador Pichetto, que, formado en la disciplina peronista, no puede entender cómo Macri permite esta glamorosa disidencia en el seno del reino. Lilita venía de petardear, en diciembre, la fórmula de ajuste de los haberes jubilatorios. Sospecho que Cristina muchas veces se queda callada porque todo lo que tiene para decir ya lo dice Lilita.

Nuevo dios, decía: el pragmatismo. No importa si Monzó andaba a las zancadillas con María Eugenia, amonestaba en...

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